Un gran indio mexicano

Quien visite la ciudad de Cáceres en Extremadura tal vez se sorprenda al encontrarse de pronto con la efigie en bronce de un indígena mexicano. Y, si el encuentro ocurre en este año, el visitante se enterará de que ese personaje nació en 1402, hace ... justamente seis siglos. Su nombre -esperamos que no resulte difícil de pronunciar- es Nezahualcóyotl. Pero, ¿quién fue Nezahualcóyotl y por qué tiene ese monumento en Cáceres? Respondiendo a la primera pregunta, cabe decir que Nezahualcóyotl fue gobernante supremo del reino de Tezcoco, aliado de los aztecas. Tezcoco es hoy una ciudad, relativamente próspera, muy cerca de la capital de México. Azarosa fue la juventud de Nezahualcóyotl. Contempló cómo los de otro reino vecino, enemigos de Tezcoco, asesinaban a su padre y dominaban a su pueblo. Varios años pasó luego fugitivo pero urdiendo siempre estrategias para liberar a su pueblo. Después de aliarse con los aztecas y con los de otros señoríos, la victoria favoreció a Nezahualcóyotl en 1431.

Instalado ya en Tezcoco, su largo reinado de algo más de cuarenta años fue periodo de esplendor. Bajo su dirección se emprendieron grandes obras hidráulicas en los lagos del valle de México. Se construyeron palacios, templos y escuelas. Promulgó además Nezahualcóyotl leyes justas y protegió a los artistas y a los sabios. De él se conserva una treintena de cantos y poemas, de gran belleza y profundidad de pensamiento. A1 morir en 1472, dejó en México un recuerdo que los siglos no han podido borrar.

Ahora bien, si este fue Nezahualcóyotl, importa responder a la pregunta: ¿por qué razón la ciudad de Cáceres le ha erigido un monumento con su efigie y, ampliando la cuestión, ¿por qué estoy escribiendo aquí, en ABC, acerca de él? La respuesta es sencilla. A11á por 1991, en vísperas del Quinto Centenario del Encuentro de Dos Mundos, las autoridades cacereñas acordaron, como testimonio de amistad hacia los pueblos indígenas del Nuevo Mundo, rendir homenaje a una de sus figuras más dignas de recordación. Acertadamente eligieron por unanimidad a Nezahualcóyotl. E1 9 de octubre de 1992 se develó a11í su estatua, obra del escultor mexicano Humberto Peraza, y con la presencia de las autoridades de Cáceres y de Tezcoco. Extremadura realizó así un feliz acercamiento con México y el Nuevo Mundo precisamente exaltando la figura de un indígena que antepuso a todo la creación cultural. En testimonio de esto transcribiré al menos uno de sus poemas acerca de la fugacidad del existir en la tierra.

Yo Nezahualcóyotl lo pregunto:

¿Acaso de verdad se vive con raíz en \[la tierra?

No para siempre en la tierra:

sólo un poco aquí.

Aunque sea jade se hace pedazos,

aunque sea plumaje de quetzal se \[desgarra.

No para siempre en la tierra:

sólo un poco aquí.

Nezahualcóyotl, que vivió setenta años de vida fecunda, perdura hasta hoy en el recuerdo de quienes en México, España, Francia, Estados Unidos y otros países, de variadas formas honran su memoria y estudian sus obras. En la ciudad de Cáceres se conserva otro testimonio del pasado indígena mexicano: el palacio de Moctezuma, en cuyo interior hay una sala con medallones con las efigies de Césares romanos y reyes aztecas. Mi vinculación con Extremadura data de muchos años, desde aquel en que conocí a Ascensión Hernández Triviño, hoy mi esposa, profesora como yo en la Universidad Nacional de México. Porque lo merece Nezahualcóyotl, porque Cáceres lo ha reconocido y añadiré que, por mi relación personal con Extremadura, he aceptado la invitación que recibí de ABC para que no pase este 2002 sin que en España Nezahualcóyotl esté de nuevo presente.

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