Cine
Gonzalo García-Pelayo y su nuevo reto: rodar siete películas en un año
Ha terminado la primera, 'Dejen de prohibir que no alcanzo a desobedecer todo', y se marcha a Kazajistán a grabar la siguiente
Luis Ybarra Ramírez
Quería comentar cómo es su piso por dentro. Lo imaginaba con las paredes tatuadas de portadas de discos, música buena de fondo, en el sentido machadiano del adjetivo, y rock latiendo por doquier. Como todos los vacíos de los personajes que me interesan, aún he ... de completar esta información con la imaginación. «Estoy completamente volado», dice al otro lado del teléfono, después de no haber respondido al telefonillo. «Nos vemos mejor en tal horchatería, que ando por aquí. Disculpa». Algo así me esperaba: la abstracción de sus guiones se le ha colado en el calendario, o viceversa.
Su despiste tiene un porqué. Gonzalo García-Pelayo anda con el típico caos que ha de suponer grabar siete películas en tan solo un año ; ha leído bien, querido lector, aunque le incomode esta cifra en tan pocos meses. Está en Madrid, pero viene de Cádiz y, aún no sabe cuándo, quizá un par de días o tres, se marchará a Kazajistán a rodar el siguiente largometraje. Su inversión en bitcoins ha aumentado un 500% su valor . Todo me resulta insólito en sus hazañas y empiezo a ansiar las aclaraciones de esta y otras tantas cuestiones que me asaltan y que se expanden por el local. Tras un par de comentarios recurrentes acerca del origen de la horchata y unos primeros paladeos, se aventura a resolver la premisa con cuerpo de mandala con la que me recibe.
«Completo los guiones de mis películas cuando las termino de rodar»
«El rock ha desaparecido, ya no tiene niguna influencia sobre la vida de las personas»
«De Semana Santa a Semana Santa, ese es el tiempo que nos hemos dado para grabar las siete películas. ¿Qué si me han dicho que es una locura? Naturalmente , y casi lo estoy percibiendo como tal. Garci, a quien tanto admiro, que tiene un Oscar, vaya, ha sido uno de ellos. Él dice que no hago cine de género, sino que soy un género en sí. La verdad que ahora tengo mucha presión encima, aunque físicamente estoy bien. Por suerte, grabo rápido. Si no, no se podría cumplir el reto».
Siete películas en un año
Hace relativamente poco terminó 'Nueve Sevillas'. ¿En qué consiste la serie fílmica que lo mantendrá ocupado todas las horas del almanaque más próximo? «Pues son siete obras de temáticas muy diferentes. Apunta y no perdamos el orden: la primera ya la he grabado en la plaza del Pelícano de Sevilla. Se titula 'Dejen de prohibir que no alcanzo a desobedecer todo' . El Canijo de Jerez es uno de los protagonistas. Para la segunda, ya mismo, iremos a Nur-sultán, capital de Kazajistán. El argumento es que dos periodistas se quedan impresionados con esa ciudad que es puro siglo XXII. Moderna. Estoy buscando la música, de donde siempre parto. Será como 'Vacaciones en Roma', pero en vez de en Roma, Nur-sultán, y no con Vespas, sino con bicicletas. La tercera trata sobre lugares mágicos de España, Portugal y Argentina que no los he visto nunca en el cine. Las localizaciones tendrán un sentido narrativo en la historia, pues los personajes evolucionan en torno a ellas. Para la cuarta, simultáneamente a la anterior, recuperamos la figura de la actriz latinoamericana Isabel Sarli , una 'sex simbol' de los años 60. Será erótica, respetando las líneas que ella no traspasó, pero también sin la censura que sufrió. Una especie de antología renovada de sus mejores momentos. La quinta: una 'road movie' por La India , donde una mujer casada va a iniciar en un rito sexual y religioso a un chico joven virgen. Si el covid no nos lo permite, tenemos una sustituta sobre el bolero, como ya hice con la copla, para llegar al objetivo de siete. La sexta: 'Siete Jereces', con Pedro G.Romero. Lo mismo acabamos haciendo 'Cinco Utreras' o 'Cuatro Lebrijas', quién sabe. Y, por último, la séptima: una adaptación del libro de relatos 'El otro lado de la realidad', de Luisa Grajalva.
Esto, así de corrido, parecen muchos kilómetros y un divertido disparate. ¿Cómo de cerrados o abiertos estarán los guiones para atar bien lo que se ha de narrar y no naufragar en el intento? «Cuando acabamos de rodar una película ya tenemos el guion, y no al revés. Así de abierto está todo. Piensa que me voy a Kazajistán en breve, creo que la semana que viene, y aún tenemos que hacer el casting de intérpretes in situ. Si nos gustan cuatro actores, habrá cuatro protagonistas. Si no, seis. Tengo ideas de lo que quiero, pero la realidad siempre se antepone a la ficción . Quiero ir detrás de ella. Ya tenemos también casi solucionado el tema de los presupuestos, que seguramente daría para otra entrevista o un libro. Ya te dije antes que trabajo rápido, y eso abarata costes. Tampoco hago esto por dinero, como se imaginará».
El rock se ha aburguesado
Durante la conversación me ha facilitado un disco duro con sus canciones favoritas. Incluye sesenta géneros diferentes. Pero de nuevo es una cifra lo que me estalla en la cara. Son 104.000. Sus 104.000 canciones favoritas. Un regalo al que tan solo unos pocos amigos tienen acceso. A quien produjo algunos de los álbumes más relevantes de Triana, Lole y Manuel, Victor Jara, Gualberto, Hilario Camacho, José Mercé, María Jiménez, Silvio, Carlos Cano y Pablo Milanés, entre otros, le pregunto por sus debilidades en el panorama actual. Confiesa que le gusta Rosalía. En el rock, únicamente le convence Fito. Y es el rock lo que le duele en el alma: «Ya no existe. Ha desaparecido . Los Beatles cambiaron vidas. Como Bob Dylan, Jimi Hendrix y otros tantos. Eso ya no sucede. El rock no tiene influencia sobre la cultura ni sobre las personas, aunque se escuche a varios artistas. El rock tuvo su época gloriosa, pero ahora se ha aburguesado y distanciado de la sociedad. Ya no es una respuesta a nada. Como le sucedió al jazz y al blues, ha dejado de existir en ese sentido».
El terror de los casinos
A Gonzalo García-Pelayo le negaron la entrada a los casinos de medio mundo. Además de su trabajo como productor musical y director de cine , se decantó por el juego durante una época de su vida . Analizó, estudió y creó una fórmula matemática para arruinar a las grandes casas. O para llevárselo él y su familia, mejor dicho. «En el 2004 se demostró en un juicio que lo de no dejarme entrar no era constitucional. Lo que pasa que ya nunca volvió a ser lo mismo. Había ganado mucho dinero y cuando al fin se me permitía entrar, tras muchas complicaciones, me ponían al lado a un tipo de dos metros, muy poco amable, por cierto, hasta para ir al baño. Así no se puede».
Los bitcoins, tras abandonar parcialmente el poker y la ruleta, lo mantienen hoy cerca de una vieja calculadora: «Al principio hice una gran apuesta y perdí. Ahora al fin veo los beneficios, ya que esta criptomoneda ha aumentado su valor un 500%, lo que me da libertad para seguir creando y haciendo lo que más me gusta. Pero hay más criptomonedas. Nueve mil más, en concreto. Y yo estoy con otras veinte que ya son bastante más rentables que el bitcoin . Esto me entretiene. Es divertido, como el juego».
La intensa agenda de García-Pelayo, donde se agolpan un sinfín de planes y proyectos, demuestra que todo es organizarse. O no. Escasos cines quedan en España para proyectar lo que se dispone a estrenar . Su exceso, entre lo imposible y lo que casi es ya una realidad tangible, nos mantiene hasta entonces alerta.
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