España ilumina el Egipto faraónico

La comisaria de la muestra, Carmen Pérez Die, conservadora del Museo Arqueológico Nacional y directora de la misión de Heracleópolis Magna, ha dedicado la parte exterior de la sala a pioneros como Eduardo Toda, que descubrió en 1886 la tumba de Senenndjem, situada en Deir el Medina, en la orilla oeste de Luxor. En este espacio está también la Tumba Galarza, excavaciones dirigidas en 1907 por Vicente de Galarza, que encontró al oeste del Templo de la Esfinge, en Giza, una tumba de la que se han traído una estatua de una mujer sentada en una silla y una estatua acéfala. Finaliza el apartado con las «Excavaciones españolas en Nubia», dirigidas por Martín Almagro Basch entre 1961 y 1964, y en las que España participó cuando iba a quedar inundada por la construcción de la presa de Asuán. Entre las compensaciones que recibió España figura el Templo de Debod y la concesión del yacimiento de Heracleópolis Magna. El quinto apartado profundiza en el yacimiento de Oxirrinco, dirigido por Josep Padró desde 1992. Igualmente se incluyen piezas de las tumbas de Djehuty y Hery en Dra Abu El-Naga (Luxor), excavaciones dirigidas por José Manual Galán.

La fiesta española

«Es la fiesta de la egiptología española», dijo emocionada la comisaria Carmen Pérez Die. La Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC) y la Dirección General de Política e Industrias Culturales del Ministerio de Cultura son los organizadores de esta muestra, que acoge la sala 44 del Museo Egipcio de El Cairo. «Tras muchos años de duro trabajo nos encontramos en este museo, que es la casa madre de la egiptología», en una exposición que nunca pensó que pudiera ofrecerse. «Hemos conseguido que los españoles tengan una consideración científica y ya no pasamos desapercibidos», apostilló.

Catalogación bibliográfica

El ministro asimismo anunció ayer la firma de un acuerdo de colaboración con la Biblioteca de Alejandría, que contempla la creación de programas de cooperación, investigación y desarrollo en campos de catalogación, automatización y digitalización, así como la organización de exposiciones de recursos bibliográficos, de seminarios y conferencias. Entre las actividades figura también la creación de programas de cara a la conservación, puesta en valor y procesos técnicos de bienes bibliográficos.

Por último, Molina anunció la creación del Instituto Español de Arqueología de El Cairo y aludió también a otros Institutos como los de Atenas, Damasco, Ammán e incluso México.