EDWARD SAID, IN MEMORIAN
Quizá la primera cosa que uno recuerda sobre Edward Said es su amplitud de intereses. Se encontraba a gusto en el mundo de la música, la literatura, la filosofía, o la comprensión de la política, pero también era una de esas personas excepcionales que ven ... conexiones y paralelos entre diferentes disciplinas, porque tenía una comprensión inusual del espíritu humano, y del ser humano, y era capaz de reconocer que esos paralelos y paradojas no son contradicciones.
Él apreciaba en la música no sólo una simple combinación de sonidos sino que comprendía el hecho de que cada obra maestra musical es, como si dijéramos, una concepción del mundo. Y la dificultad se concentra en el hecho de que esa concepción del mundo no puede describirse con palabras, porque si fuera posible utilizar palabras, la música sería innecesaria. Pero él apreciaba el hecho de que por ser imposible de describir, eso no implica que carezca de significado.
Esa mente tan curiosa, por supuesto, permitía a Said vislumbrar de forma privilegiada el subconsciente de la gente, de los creadores. Y además, tenía una valentía sin trabas a la hora de expresarse, y eso es lo que le ganó la admiración, la envida y la animadversión de tanta gente.
Muchos israelíes y judíos no querían tolerar sus críticas, no solamente dirigidas contra el actual gobierno de Israel, sino contra una cierta mentalidad que él había identificado en los pensamientos y hechos israelíes: principalmente la falta de empatía con el hecho de que la misma guerra de independencia de Israel en 1948 -que produjo la adquisición de una nueva identidad para la parte judía de la población- no fue solamente una derrota militar sino también una catástrofe psicológica para la población no judía de Palestina. Y por lo consiguiente, Edward Said criticaba la incapacidad de los líderes de Israel para hacer los necesarios gestos simbólicos que deben preceder a cualquier solución política. Los árabes, por su parte, han sido y todavía son incapaces de aceptar sensibilidad hacia la historia judía, limitándose a repetir su inocencia en lo que respecta al sufrimiento del pueblo judío.
Era precisamente ésta su gran habilidad: ver no sólo los diferentes aspectos de cualquier pensamiento o proceso, al igual que las inevitables consecuencias, sino también la combinación de factores humanos, psicológicos e históricos que preceden a tales pensamientos o procesos. Said era una de esas excepcionales personas que son conscientes todo el tiempo de que la información es sólo el primer paso hacia la comprensión. Él siempre miraba «más allá» en cada idea, a lo «no visto» por la mirada, a lo «no escuchado» por el oído. La combinación de todas estas cualidades le llevaron a fundar conmigo el «West-Eastern Divan», que proporciona un foro para que jóvenes músicos israelíes y árabes aprendan juntos música y todas sus ramificaciones.
Los palestinos han perdido uno de los más elocuentes defensores de sus aspiraciones. Los israelíes han perdido un adversario, pero justo y humano. Y yo he perdido un compañero del alma.
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