este domingo, primera entrega con abc
Descubriendo al tío Oscar
La «Enciclopedia ilustrada de los Oscar», de ABC, invita a asomarnos a la cara más oculta y fascinante de Hollywood
j. cortijo
¿Quién le iba a decir a una «minucia informativa» que, en su primera entrega, solamente arañó un articulito en la página 7 de «Variety», que se iba a convertir con el paso de los años en el gran sol alrededor del que gira toda ... la industria del entretenimiento y el espectáculo de la galaxia Hollywood? Porque, en 1929, los Oscar casi ni eran Oscar (de hecho, no fue hasta 1931 cuando Margaret Herrick confesó que la estatuilla se parecía a su tío Oscar), igual que América casi ni era América, con el crack en los talones y la yugular. Pero, al menos, la Academia pudo costearse una cena con 36 mesas en el salón Blossom del hotel Roosevelt el 16 de mayo de 1929, para entregar un puñado de galardones que honraban la producción cinematográfica de los dos años anteriores, incluyendo categorías tan extrañas (y efímeras) como mejor calidad artística de producción, mejores efectos de ingeniería y mejor autor de rótulos.
Douglas Fairbaks entregó los premios de corrido, con discursos que a veces se limitaban a un tímido «gracias» (quién los pillase ahora), así que todo se despachó en cosa de cuarto de hora, un aperitivo para lo que realmente importaba aquella noche: el cenorrio y el lucimiento de pieles. ¿Alguien de los asistentes recordaría la mañana siguiente que la triunfadora de la velada fue el drama bélico-romántico «Alas»?
De cualquier forma, había nacido un estrella y una leyenda que, parafraseando a John Ford, ahora se imprime gracias a la «Enciclopedia ilustrada de los Oscar», una obra escrita por Guillermo Balmori, Antonio Manero e Hilario J. Rodríguez, que ABC ofrece por entregas de 40 páginas domingo a domingo por solo 4,99 euros, junto con la película que marcó una época del cine. Para abrir fuego, la mentada «Alas» y «Lo que el viento se llevó». Aparte de narrar con amenidad y pulcritud la crónica y valoración de cada edición, y de ofrecer una espléndida galería de fotos, algunas auténticas rarezas, con los momentos más destacados, el libro tiene el detalle de tender una mano y una sección a «las olvidadas» de cada año.
Cosecha única
Y en 1939, el año en que Escarlata O’Hara juró no volver a pasar hambre, la tarea era complicada, ya que las diez que compitieron para el Oscar a la mejor película conforman una de las cosechas más memorables de todos los tiempos («Ninotchka», «Tú y yo», «Caballero sin espada», «La diligencia», «El mago de Oz»...). Pese a todo, los autores eligen «Medianoche», «La solterona», «Los violentos años 20» y «Mujeres», acompañando a vencedoras y vencidas con deliciosos carteles originales. Aunque la primera entrega coloca el listón alto, las otras 29 que conforman la colección no se quedan a la zaga: «Casablanca», «Un americano en París», «Ben-Hur»...
Todo un monte Rushmore del séptimo arte, películas imperecederas cuyos innumerables visionados solo añaden más quilates y valores a sus alforjas. Cine legendario en el DVD y un libro de cabecera en el atril donde poder hurgar y ampliar datos y anecdotario, además de alegrarnos la vista con imágenes gloriosas de, por ejemplo, Ginger Rogers y James Stewart poniéndose ojitos con sus respectivas estatuillas por «Historias de Filadelfia» y «Espejismo de amor», Joan Crawford posando en vaporoso pijama con su Oscar por «Alma en suplicio», Claire Trevor haciendo carantoñas a Bogart en el año de «La reina de África», Marlon Brando con su premio por «La ley del silencio» mirando a Bette Davis como si contemplara un retablo medieval... Un lujo al alcance (ahora) de cualquiera.
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