Descubren un posible recinto fortificado oculto en uno de los parajes más visitados de Asturias

«No deja de ser curioso que haya pasado inadvertido», dice. Tal vez, como el propio arqueólogo apunta, las impresionantes vistas que se disfrutan en este agreste acantilado, desde donde se llega a intuir la Estaca de Bares , hayan distraído la atención de los visitantes del sistema defensivo que se escondía a pocos metros bajo sus pies. « Nos encontramos ante uno de los recintos fortificados más grandes del sector costero asturiano , que perfectamente podríamos equiparar con la Campa Torres en Gijón o los grandes castros del interfluvio Navia-Eo», subraya.

A Pérez-Fernández le llamaron la atención unas estructuras lineales que observó en Cabo Vidio al visualizar un Modelo Digital del Terreno. Esas grandes zanjas que cortaban la base de la península se parecían a los fosos documentados que había visto en muchos castros costeros. Nervioso, se lanzó a revisar la cartografía que tenía a su alcance y la información catastral que podía consultar online en busca de algún topónimo de tipo 'castro' o 'castiello' . En los nombres de los lugares, así como en sus leyendas y tradiciones pueden quedar vestigios del pasado. « La información del Lidar confirma que hay estructuras . El topónimo es un complemento más», explica. En este caso, solo dio con uno, aunque revelador. Una cala al sureste del cabo se denominaba Castrellón .

Continuó su búsqueda en fuentes antiguas, pero no dio con ninguna referencia. Donde sí encontró información útil fue en las series fotográficas aéreas que ofrece el Centro Nacional de Información Geográfica (CNIG). «¡Aquellas trincheras estaban ahí, por lo menos, desde los años 40 del siglo pasado!». Todo cobraba sentido. Con la herramienta de Street View de Google Earth pudo apreciar también claros indicios de que en Cabo Vidio existían unas defensas que hasta hoy eran desconocidas.

Decidido a comprobarlo con sus propios ojos, el arqueólogo asturiano se subió a un avión en febrero de 2020 y acompañado por su socio Félix Marcos se dirigió a Cabo Vidio. Aparcaron en una zona próxima y caminaron hacia el cabo. A su derecha observaron «una amplia vaguada y sobre ésta un potente terraplén que a modo de barrera cortaba el paso a la península. Parecían los restos de un talud y un gran foso, ambos muy afectados por las obras de la carretera del faro. Conseguimos acceder al foso, andando por él hasta su extremo en los acantilados orientales, pero la abundante vegetación nos impedía reconocer más estructuras», relata.

Las imágenes que les mostró su dron sí permitían distinguir «un conjunto de dos fosos y un parapeto intermedio que cortaban el itsmo» con el fin de proteger y evitar el acceso al recinto principal. En otra de las tomas del dron reconocieron «las huellas de hasta tres fosos tallados en la cuarcita . Habían sido completamente colmatados por el relleno de la carretera y, entre ellos, emergían a modo de testigos cuarcíticos dos parapetos intermedios». Ya no les cabía duda de que se encontraban ante un recinto fortificado inédito, uno de los más grandes de la costa asturiana.

Por su morfología, a Pérez-Fernández le parece que podría ser un poblado fortificado de la Edad del Hierro o romano, pero hasta que no se excave y se investigue a fondo prefiere utilizar un término general como 'recinto fortificado'. La construcción de la carretera que lleva al faro afectó a parte de la estructura de la zona occidental, por lo que califica su estado de « regular ».

Una vez identificado, presentó la correspondiente ficha en la Consejería de Educación, Ciencias y Deportes del Principado de Asturias para su inclusión en el inventario arqueológico provincial, tal como ha realizado en otras ocasiones. Porque la añoranza y el interés por dar a conocer el patrimonio más olvidado de su tierra impulsó a Pérez-Fernández a crear un proyecto de divulgación e investigación on line llamado ArqueoAstur .

Ayudado por los arqueólogos Nieves Ruiz-Nieto, Rogelio Estrada y Beatriz González y por el aficionado a la arqueología F. Marcos García, y a través de las nuevas tecnologías, han descubierto en los últimos tres años hasta 34 recintos fortificados que no se conocían . Más de una veintena de ellos, en la zona oriental asturiana de los Picos de Europa, donde se creía que solo había cuatro o cinco. « Hay patrones de poblamiento que no tienen nada que envidiar a la parte occidental y a la vecina Cantabria», afirma el responsable de ArqueoAstur.

El objetivo primordial de este proyecto personal, que no cuenta con ayudas ni subvenciones, es «proteger el patrimonio» ante los riesgos que corre por dejación o por ignorancia. De haberse conocido que existía un recinto fortificado oculto en Cabo Vidio, tal vez no se hubiera construido la carretera al faro como se hizo.