Descubren dos nuevos edificios junto a las termas romanas de Caños de Meca

Las últimas investigaciones llevadas a cabo por el equipo de Arqueostra que dirige Darío Bernal-Casasola, catedrático de Arqueología, junto al profesor José Juan Díaz Rodríguez, con apoyo de la Junta de Andalucía, muestran que el tamaño de la villa marítima era tres veces mayor de lo que pensaban. "Hemos delimitado el edificio en planta, que cuenta con 500 metros cuadrados, y hemos excavado la mitad que se corresponde con las zonas productivas de las piletas de salazón", explica Bernal-Casasola a ABC. Los restos arqueológicos presentan un excelente estado de conservación. Las trece piletas de salazones romanas descubiertas hasta la fecha, mantienen sus alzados completos (entre 1,5 y 2 m de profundidad de media), con remates de coronación íntegros, totalmente revestidos de hormigón hidráulico (opus signinum).

En la playa de los Caños, junto al 'balneum' romano que conserva muros de hasta cuatro metros de altura, han hallado dos nuevos edificios romanos totalmente desconocidos hasta ahora, dedicados a la industria pesquero-conservera. La primera cetaria, que cuenta con una superficie de unos 150 metros cuadrados, estaba dotada de un pasillo en forma de L al aire libre, una zona con 3 piletas de salazones y una habitación para la limpieza y despiece del pescado. En esta última han encontrado una gran mesa de corte de atunes de unos 8 metros de longitud, con forrado superior de sillería. "Solo se conoce otra en todo el Mediterráneo", destaca el catedrático de la Universidad de Cádiz, refiriéndose a la conocida de las fábricas de Cotta en la Mauretania Tingitana (entorno del actual Tánger). Es, por tanto, única en su género en toda la Península Ibérica.

Los arqueólogos han documentado la puerta y una escalera de acceso a un segundo edificio con muros de unos dos metros de altura y una amplia zona de trabajo con piletas que se encuentra en buen estado de conservación. Con estos nuevos hallazgos, solo en la zona del complejo termal romano los restos arqueológicos se extienden por entre 1,5 y dos hectáreas.

"Aún no sabemos si los restos de la playa corresponden con una villa o un centro secundario", admite Bernal-Casasola, pero el estudio en curso "verifica la continuidad ocupacional en el yacimiento romano entre época de Augusto y finales del siglo IV o inicios del siglo V d.C.". Estas novedades "han permitido cubrir un vacío histórico de más de 300 años ", según explican los investigadores, ya que se planteaba que la villa romana se había abandonado en momentos avanzados del siglo I d.C. Ahora entienden que "la ocupación humana se trasladó a la playa de los Caños de Meca, donde las posibles cetariae e instalaciones anexas, como el balneum documentado, estuvieron en funcionamiento hasta poco antes del paso de los vándalos con Genserico por el estrecho de Gibraltar (año 429 de la era)".

Los primeros análisis arqueozoológicos de la fauna terrestre y marina han permitido localizar, además, un gran conchero de época julio-claudia, donde los mariscadores romanos desecharon los restos de sus capturas. En él han descubierto sobre todo burgaillos, pero también restos de ostras y de mejillones, que posiblemente fueron objeto de cría y engorde en los viveros romanos de la villa.

En la última campaña, llevada a cabo en los últimos dos meses, los investigadores pretendían delimitar con sondeos mecánicos y manuales el área de dispersión de los restos arqueológicos del entorno de Caños de Meca-Trafalgar para iniciar los procesos de protección de los mismos y su puesta en valor. Los resultados han deparado estas importantes sorpresas arqueológicas. "La superficie del yacimiento se ha multiplicado por diez" , indica Bernal-Casasola.

Durante estos estudios de campo se han llevado a cabo perforaciones geoarqueológicas para reconstruir cómo pudo ser el paleopaisaje y la paleotopografía del tómbolo del Cabo Trafalgar, así como las lagunas costeras que en su momento rodearon al yacimiento, y cuyos recursos también fueron aprovechados en la Antigüedad. También se han realizado prospecciones geofísicas para detectar potenciales restos arqueológicos bajo el manto de dunas que cubre toda la zona.

Las investigaciones interdisciplinares, ejecutadas por la Universidad de Cádiz y por otras instituciones colaboradoras (Universidad de Estrasburgo y Centre National de la Recherche Scientifique; y la universidad alemana de Marburgo), se han desarrollado al amparo de una Actividad Arqueológica Puntual aprobada por la Junta de Andalucía y del proyecto de investigación 'Arqueostra' ('Arqueología de la ostricultura romana. Técnicas interdisciplinares para la determinación de los orígenes de la acuicultura en Andalucía y Marruecos') en el que han participado una decena de investigadores del Grupo de Investigación HUM-440. Cuenta con la autorización del Parque Natural de la Breña y Marismas del Barbate, a través de la Delegación Territorial de Desarrollo Sostenible de la Juna de Andalucía en Cádiz.

Sus trabajos continuarán en primavera y una vez terminen las investigaciones científicas, el objetivo es poner en valor los restos y que puedan ser disfrutados por la ciudadanía con una ruta por los hitos arqueológicos de este paradisíaco paraje gaditano.