Coppola entra por la puerta de atrás
Su compleja y voluble película «Tetro», con Maribel Verdú, abrió la Quincena de los Realizadores
En el Festival de Cannes se vive entre paradojas: hay más espectáculo a veces fuera que dentro de las salas, no siempre lo importante es lo mejor y casi nunca lo mejor es lo primero. La Sección Oficial no ha sido ni el espectaculo ni lo importante ni lo mejor ni lo primero: las películas que estrenaban la competición eran una china sin nada aprovechable dentro, titulada «Fiebre primaveral» y dirigida por Lou Ye, y una británica de Andrea Arnold, con cierto aire Loach sobre una joven rebelde titulada « Fish tank ». Francamente, no creo que nadie de la organización del festival tuviera la mas mínima esperanza de que estos dos títulos programados en lo esencial (la competición) le arrebataran el día a lo de verdad importante: Coppola, que presentaba aquí su última pelicula, “Tetro” , proyectada en la Quincena de Realizadores.
Entre portuaria y borgiana
Claro que, tal vez, la mayor paradoja estñe en eso: que “Tetro” sea una película de Coppola, pues llega un momento de ella en que, sin saber cómo ni por qué, es como si se fuera Coppola y llegara un mal sucedáneo de Almodóvar a terminarla. La historia arranca con una fuerza entre portuaria y borgiana, con un tipo vestido de marinero que llega al barrio bonaerense de Boca. Y
la fuerza y el aire siguen en ese blanco y negro en el que se revela el personaje que interpreta Maribel Verdú
actor de solo un primer plano llamado Vincent Gallo
La aparición de Carmen Maura
tiene en la pelicula la misma traza que la del puntillero en Las Ventas, dicho sea en honor a la fecha
Tambien pugnaban contra las peliculas en competición algunos cineastas de crédito que jugaban fuera del área, como Hirokazu Kore-eda o Bahman Ghobadi , que presentaron sus últimos títulos en Un Certain Regard, o Naomi Nawase en la Quincena…, pero lo importante, o lo esencial, o lo primero era la estropajosa historia que contaba el chino Lou Ye sobre unos cuantos personajes, tres hombres y dos mujeres, cuyas relaciones sexuales y de pareja eran tan indescifrables como sus propias identidades. Se podria subrayar, entre el desconcierto, alguna escena de ducha y de sexo entre dos de los hombres tan violenta o más que la célebre de “Psicosis”, aunque con música melosilla. Mucho mejor vestida estuvo la británica, con al menos un personaje bien tramado y vivido, el de esa quinceañera atascada en un mundo desenganado y sin aliento. El aire Loach mencionado le da a “Fish tank” , a sus gentes y vecindarios, verosimilitud y sordidez, y podría decirse que presenta la candidatura de la joven y debutante actriz Katie Jarvis a algun tipo de reconocimiento o hasta premio .
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