«Continuaré con el espíritu original de la Revista de Occidente que fundó Ortega»
Ignacio Sánchez Cámara, catedrático de Filosofía del Derecho de la Universidad de la Coruña y adjunto al Director de ABC, fue nombrado ayer secretario de Redacción de la «Revista de Occidente», fundada en 1923 por José Ortega y Gasset y editadahoy día por la fundación quelleva el nombre del filósofo.
Ignacio Sánchez Cámara, filósofo, ensayista y periodista, es autor de «La teoría de la minoría selecta en Ortega y Gasset» (Tecnos, Madrid, 1986), «Derecho y lenguaje. La filosofía de Wittgenstein y la teoría jurídica de Hart» (Universidad de La Coruña, 1996) y de «La apoteosis ... de lo neutro», en colaboración con Fernando Rodríguez Lafuente (Faes, Madrid, 1996) y obtuvo el premio Luca de Tena de Periodismo en 1998. Asimismo, es vocal del Consejo Escolar del Estado.
— Háganos un poco de historia.
—La revista la funda José Ortega y Gasset en 1923, siendo entonces su secretario de Redacción el ensayista y también filósofo Fernando Vela. Se publicó sin interrupción hasta la guerra. En los años 50, Ortega regresa a España, pero la revista no aparecerá sino hasta después de su muerte. Vuelve a editarla su hijo, José Ortega Spottorno, a partir de 1960, con Paulino Garagorri como secretario de Redacción.
—La publicación aún habrá de pasar por otros momentos...
—En efecto, la tercera época, que es la actual, comienza en 1980, ahora dirigida por Soledad Ortega, con la que colaboran Vicente Verdú, Jaime Siles, Juan Pablo Fusi, Bernabé Sarabia, Jorge Lozano y Magdalena Mora en el cargo para el que ahora se me ha nombrado a mí.
—La revista siempre estuvo marcada por su talante liberal...
—Nació como una revista de pensamiento y literatura no política. En la presentación de la revista, que Ortega tituló: «Propósitos», él decía que la política tiende a confundir las cosas, mientras que la revista se dirigía a aquellos lectores que querían verlas claras. Es cierto que la revista tiene una tradición liberal en el sentido cultural y literario del término. En todo caso se inscribe en la tradición liberal intelectual española y en sus páginas siempre se ha acogido a los más diversos escritores con independencia de su ideología.
—¿Qué se propone usted hacer?
—La mía va a ser básicamente una labor de continuidad, tanto con el espíritu original de la revista fundada por Ortega como con el trabajo de quienes me han precedido. Hoy la revista no puede ser lo que fue en su primera época, entre otras cosas, porque el papel que hoy desempeña España en el ámbito europeo no es el mismo de otros tiempos. Creo que lo fundamental de la primera época fue la labor de incorporar a España el pensamiento que se estaba produciendo en Europa y en América, así como la atención que se prestó a las vanguardias y al descubrimiento de nuevos autores. Allí comenzaron a publicar los autores de la generación del 27 cuando eran muy jóvenes. Tuvo el criterio y la jerarquía de discernir lo que era valioso.
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