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Las claves de la nueva directiva europea sobre derechos de autor

Las grandes plataformas como Google, YouTube o Facebook están obligadas a vigilar y filtrar los contenidos que los internautas compartan, una exigencia de la que están exentos los contenidos satíricos como los «memes» y los «GIF»

Javier Villuendas

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Tras la aprobación de la nueva directiva europea sobre derechos de autor , charlamos con el experto Ignacio Temiño , de Abril Abogados , quien resume en los siguientes puntos las claves de la legislación:

Prensa

Se sigue concediendo dos años a los editores de prensa para gestionar que no se utilice la información sin su consentimiento. Al derecho de autor se añade un derecho adicional de editor para gestionar el uso y la reproducción total y parcial de los artículos. Temiño no cree «que vaya a tener un gran impacto» en España, porque «ya se está reconociendo el derecho del editor a cobrar por esos usos y se reconoce que el editor es autor de una obra colectiva. Nadie ha puesto en duda que haya que pagar». Sin embargo, «hay países en los que la norma no es tan clara y se ha armonizado».

YouTube y Facebook

Se eleva el nivel de responsabilidad de las plataformas en la sociedad de la información, al cambiarse el régimen jurídico. «Ahora mismo no son responsables de que sus usuarios suban contenidos ilegales que vulneran los derechos de autor y solo responden si saben, porque se les avisa, que se está produciendo». Sin embargo, cuando la nueva normativa entre en vigor, la plataforma en cuestión «tendrá que activar mecanismos de control anticipados para que lo que suban sus usuarios cumpla con las licencias de autor».

Excepciones

La reforma prevé requisitos menos estrictos para las «start up» (en concreto, para las empresas que tengas menos de tres años) que para las grandes compañías. Además, no afecta a las contribuciones a enciclopedias online sin objeto comercial -es el caso de Wikipedia- ni a plataformas de software de código abierto -GitHub, por ejemplo-.

«Memes» y la parodia: ¿peligro de censura?

La nueva normativa no afecta a los memes, la parodia, ni al «derecho a informar». A este respecto, el experto consultado por ABC defiende que «no tiene por qué haber una censura, porque no se limitan los derechos de parodia e información, sino que se regula cómo actuar de manera legal sin entrar en conflicto con la propiedad intelectual». De hecho, Temiño sostiene que «esta norma da cobertura a los memes y a la parodia. En teoría, se seguirá interpretando respecto a los límites que hay. Ahora ya se censura. Tú no puedes subir desnudos a Instagram. Pues es aplicar ese filtro para los derechos de autor».

Consecuencias en general

Lo cierto es que en internet «el panorama cambia radicalmente». La situación de las plataformas se equipara a la de la prensa: «los periódicos tienen una responsabilidad sobre lo que se publica, pues ahora Facebook y YouTube también». Si publican algo que vulnera un derecho de imagen, los periódicos son responsables directos y lo mismo les pasará ahora a las plataformas. Una posibilidad es que esta medida encarezca el uso de esas plataformas, que tendrán que disponer de licencias que les aseguren un uso legal de los contenidos de sus usuarios o no dejarles subir contenido. El coste de la publicidad será mayor, también. «Va a repercutir en todos y se remunerará a los generadores de contenido, que ahora no eran remunerados», remata el experto.

¿Diferencias con la normativa de septiembre?

Esencialmente, es la misma filosofía. Lo que se ha cambiado respecto a septiembre es la redacción, que es más suave. De alguna manera, se dulcificó lo que se había previsto en septiembre. Ahora hay más restricción en el precontrol de las plataformas y los proveedores de internet. A partir de ahora, los proveedores tendrán que hacer «los mejores esfuerzos» para controlar que los materiales y contenidos que circulan por sus plataformas cuenten con las licencias de derechos de autor pertinentes.

¿Es ambigua la normativa?

El experto reconoce que «no sabemos» cómo se va a interpretar la normativa, ya que «es un poco ambigua». «¿Cómo se va a interpretar que las plataformas han hecho los mejores esfuerzos para que esos contenidos que suben sus usuarios cumplan con toda la normativa legal? Si no pueden probar que han hecho los mayores esfuerzos, entonces las plataformas serán responsables de cualquier violación de los usuarios». En la versión de septiembre, no se mencionaba «hacer los mejores esfuerzos», se decía que tenían que contar con unos mecanismos de control anticipados obligatorios, y esto es lo que se ha dulcificado.

¿Cuándo entrará en vigor?

El respaldo de la Eurocámara es el penúltimo paso para que se confirme la reforma, a falta de que también den su visto bueno formal los Veintiocho en decisión del Consejo. Una vez validada por todas las partes, los Estados miembro tendrán dos años para trasladar la reforma a sus legislaciones nacionales. «Todavía le queda un paso legislativo más, pero es prácticamente automático. Esta votación en el parlamento europeo era la verdadera prueba de fuego», remata Temiño.

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