'City Spies', el 'best seller' en el que espiar se convierte en un juego de niños

Los cinco chavales protagonistas de 'City Spies' (Duomo) son reclutados por el MI6 británico a lo largo y ancho del planeta para participar en una misión especial en cuyo meticuloso diseño ha aportado su granito de arena uno de los grandes ex jefes de la inteligencia de EE.UU . «Su mujer es bibliotecaria y muy fan de los libros, así que tuve la suerte de contar con su ayuda», cuenta en Zoom un afable Ponti desde su casa de Orlando.

Ese enfoque internacional tiene un objetivo claro: abrir la mente de los chavales. «Creo que las dos cosas más importantes que podemos hacer para conseguir un mundo mejor son leer y viajar . Cuando leemos nos volvemos más empáticos y cuando viajamos comprendemos a personas de otras partes del mundo», detalla el escritor. Se quedó fascinado cuando fue junto a su mujer a Reino Unido a visitar a su hijo que estudiaba allí y sintió la necesidad que los chicos hicieran ese viaje con él. Fue el germen de la saga, que en las siguientes entregas se traslada hasta otras grandes ciudades, como Londres, San Francisco, Berlín, Moscú o El Cairo.

La edad de los chicos también ha sido escogida de forma concienzuda: «Desde pequeños, los niños ven en la televisión y en las películas cómo los superhéroes con poderes especiales son los que salvan el mundo. Yo quería mostrar chavales normales y corrientes, que solo necesitan su cerebro , la empatía y la compasión para solucionar problemas», aclara el escritor de esta saga.

'A priori' sus perfiles no encajan con el arquetipo de líder, ni siquiera con alguien predestinado a tener éxito en la vida. Más bien al contrario, se encuentran en los márgenes de la sociedad . «Suelen ser los más indicados para los temas relacionados con el espionaje e inteligencia, precisamente por venir de donde vienen. Los mejores espías de la Segunda Guerra Mundial son grandes ejemplos: un hombre gay que trabajó junto a muchas mujeres a la hora de descifrar Enigma ( Alan Turing ) o la cantante Josephine Baker , una expatriada americana de raza negra en París», explica el autor. A la larga lista hay que añadir un nombre más, el del escritor británico Roald Dhal . El célebre autor de libros infantiles como «Charlie y la fábrica de chocolate» fue un avezado espía , además de científico, por lo que Ponti le dedica multitud de guiños en el libro.

Las dispares procedencias de los chicos le sirven también a Ponti para poner el foco en cómo estrechan lazos entre ellos: «Es lo que se llama una familia encontrada , que es precisamente lo que yo tuve. Yo nací en Italia y mis hermanos, en Estados Unidos. Tuvimos diferentes padres que no conocimos, pero nos juntamos en una gran familia y así crecimos. Pero no éramos espías», relata divertido.

Sobre ellos pivotan temas candentes de justicia social, como las casas de acogida americanas o la discriminación hacia los aborígenes australianos o incluso el medio ambiente. Consciente del interés que despiertan entre los chicos de hoy en día, Ponti quería introducirlos en la aventura. «Cuando yo era pequeño, leía libros de estos temas porque me interesaban, pero los que encontraba eran tremendamente serios. Me parece mucho más interesante transformarlo en una aventura divertida . Creo que la atención y el interés de los niños crece así. Si queremos es que la juventud piense sobre esos temas, es importante no separarlos de lo que ellos leen, incorporarlos en sus actividades diarias».

En ese núcleo familiar sobrevenido el escritor inyecta también en vena la inclusión . «Quería saltarme todas las normas asociadas a los sexos. El personaje más atlético es una chica; la descifradora de códigos que es brillante en matemáticas también lo es, y el personaje que cuida a todos los demás, el más cariñoso, es un hombre y se llama Madre. Desde el principio intento mostrar que las cosas no son lo que parecen », cuenta el autor.