Literatura y ruinas
10 libros sobre la destrucción: una bibliografía del fin del mundo
La debacle ante la entrada de los talibanes en Kabul evoca algunos libros sobre el asedio y la destrucción en la literatura universal
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Iniciar sesiónUna multitud se agolpa en las escalerillas para subir a un avión aparcado en la pista del aeropuerto de Kabul. Otros se agarran al fuselaje o el tren de aterrizaje. Trepan como pueden a ese o cualquier otro vehículo que los saque. La imagen se ... repite en las azoteas de las embajadas: los diplomáticos suben a un helicóptero Chinook como si del Saigón de los años setenta se tratara. Los talibanes han llegado a la capital de Afganistán y nadie quiere estar ahí para verlo, ni siquiera el presidente del país, que fue de los primeros en huir.
La ofensiva de los insurgentes alborota en la memoria la abolición de las libertades y derechos. También la voladura de estatuas y la desaparición del patrimonio artístico, como ocurrió con los Buda tallados en un acantilado del valle de Bamiyan cuando en 2001 el régimen islámico talibán ordenó su destrucción por considerarlos ídolos y por tanto contrarios al Corán. Destruir es imponerse. La demolición como acto de trascendencia es tan antigua como el ser humano. Lo creado y lo derribado son el resultado de un combate. Encarnan la pugna entre la razón y la fe, lo antiguo y lo nuevo, el pasado y el futuro.
La destrucción encuaderna la historia de la humanidad: desde el saqueo de las bibliotecas sumerias cuatro mil años antes de Cristo hasta episodios como la explosión del puente de Vukobar durante la guerra de los Balcanes, que el periodista y escritor Arturo Pérez-Reverte narró en ‘Territorio comanche’(Alfaguara), un libro que reúne sus reflexiones sobre la corresponsalía de guerra, oficio que ejerció durante más de veinte años. Pero ese no es el único ejemplo histórico sobre la necesidad de destruir. Descartes pidió a los lectores de su ‘Método’ quemar los libros antiguos y las vanguardias del siglo XX quisieron hacer desaparecer todo lo que las precedía.
Existen tantos géneros literarios como ruinas para contar: 'Los nueve libros de la historia', de Heródoto; las campañas militares contadas por Tucídides; la batalla de Bosworth de Shakespeare en 'Ricardo III'; las guerras napoleónicas narradas por Tolstoi o la quema de libros durante la inquisición, y ya ni hablar del saqueo, expurgo a bibliotecas o las ciudades sepultadas por la lava o el agua. He aquí un repaso de diez libros, entre epopeyas, poemas épicos, novelas, relatos y ensayos sobre el poder de la destrucción. Se trata, pues, de una bibliografía del fin del mundo.
'La Ilíada' y 'La Odisea'
La guerra de Troya preside el territorio del mito. Desde la ira de Aquiles representada en el duelo con Héctor, hijo del rey de Troya y defensor de la ciudad ante los aqueos, hasta el largo viaje de Ulises para regresar a Ítaca. Homero compuso los versos de una guerra en la que intervenían los dioses y los soldados se batían a muerte queriendo volver a casa. En ambos libros se mezclan el amor y el deseo, e incluso hasta en la batalla más cruenta se ejerce la compasión con el derrotado, como hizo Aquiles al entregar a Príamo el cadáver de su hijo.
El Apocalipsis
El libro profético de San Juan glosa el fin de mundo y cierra el Nuevo Testamento de la Biblia con broche ejemplarizante. Es la imagen de la destrucción total, una metáfora del fin de los tiempos aplicable a todas las épocas. Ha inspirado a cientos de autores desde la antigüedad hasta hoy y tiene entre sus réplicas contemporáneas novelas como ‘La sequía’, de J.G Ballard, ‘La larga marcha’, de Stephen King o ‘La carretera’, de Cormac McCarthy.
'Las mil y una noches'
Esta recopilación de cuentos del Oriente medieval narrados por una mujer que procura distraer al sultán para que no la decapite es la metáfora perfecta de la creación como una forma de salvar el pellejo. Este libro ha ejercido un influjo potentísimo sobre autores muy distintos, desde Salman Rushdie, que escribió una versión titulada ‘Dos años, ocho meses y veintiocho noches’ (Seix Barral) hasta Jorge Luis Borges, que encontró en este libro la singularidad de lo infinito que el argentino reflejó en 'La biblioteca de Babel', relato incluido en el libro 'Ficciones' (1944).
Decadencia y caída del imperio romano
El británico Edward Gibbon ha sido considerado el primer historiador moderno. Su obra más importante es ‘The History of the Decline and Fall of the Roman Empire’. El ensayo, traducido como 'Decadencia y caída del imperio romano', fue publicado en seis volúmenes entre 1776 y 1778. En sus páginas, Gibbon cuenta trece siglos: desde Trajano hasta la caída de Constantinopla. Destacan personajes como Carlomagno, Atila, Mahoma o Tamerlán, también las guerras con los pueblos germánicos, el saqueo de Roma, las cruzadas o la difusión del islam.
'Historia universal de la destrucción de los libros'
En el año 2004, Destino publicó este ensayo de Fernando Báez. Inmerso en el espíritu de la ‘Historia universal de la infamia’, de Borges, Báez narra desde la destrucción de las tablillas sumerias hasta el saqueo de las bibliotecas de Bagdad, que conoció de primera mano como integrante de varias comisiones de investigación sobre los daños al patrimonio cultural de Irak. El recorrido histórico que Báez acomete en este libro refleja el asalto y expolio de la biblioteca de Alejandría, la obsesión destructora del emperador chino Shih Huang-Ti, los papiros quemados de Herculano, el incendio de la biblioteca de El Escorial o la quema de libros por los nazis. 'Los enemigos de los libros. Contra la biblioclastia, la ignorancia y otras bibliopatías' , de William Blades (Fórcola), también aborda el tema. El ensayo, traducido por Amelia Pérez de Villar, cuenta con un prólogo de Andrés Trapiello y epílogo del editor, Javier Jiménez.
'Sumisión' y 'Plataforma'
En el género de la novela, y casi como diagnóstico de su tiempo, conviene citar ‘Sumisión’(Anagrama) en la que el escritor francés Michel Houellebecq imagina a un musulmán al frente del Palacio del Elíseo en 2022. En aquellas páginas, Houellebecq hizo lo más le gusta: glosar la decadencia europea y francesa. Ya lo había hecho en ‘Plataforma’' (Anagrama), una novela centrada en el turismo sexual como expresión del individualismo y hastío de la clase media y que muchos consideraron premonitoria de los ataques en Tailandia en 2004.
'Los hijos del limo'
Nada le fue ajeno al escritor Octavio Paz. El Nobel de Literatura y premio Príncipe de Asturias, cuya obra es tan mexicana como universal, reflexionó sobre la modernidad en libros esenciales como 'El laberinto de la soledad' (1950), 'El arco y la lira' (1956) y 'Los hijos del limo' (1974), este último contiene el corpus de su reflexión acerca de la tradición y la ruptura con ella.
'La destrucción del arte'
En este ensayo publicado por Cátedra (2014), el crítico de arte suizo Darío Gamboni propone un análisis y recorrido por los ataques deliberados contra esculturas, pinturas y otras obras de arte. Partiendo del la Revolución Francesa como un momento de cambio en la historia de la destrucción y la conservación de lo que se considera una obra valiosa, Gamboni describe la iconoclastia y el vandalismo durante los siglos XVIII, XIX y XX.
'Los últimos pianos de Siberia'
Recientemente traducido por Seix Barral, este libro de la periodista Sophy Roberts traza un seguimiento de los instrumentos que llegaron a esa región de Rusia desde el siglo XVIII hasta la disolución de la URSS con la perestroika, un proceso que permitió descubrir muchos de estos objetos. En una mezcla entre la literatura de viaje, reportaje y ensayo narrativo, este volumen recompone no sólo una historia musical, también la biografía de un mundo extinto y remoto, que se resiste a desaparecer.
'Fahrenheit 451'
Fahrenheit 451, la temperatura a la que arden los libros, es el nombre de la obra más conocida de Ray Bradbury (1920-2012). Lo convirtió no sólo en un autor, sino en un género literario. La ciencia ficción tuvo en él una de las voces más claras y potentes. Este clásico, publicado en 1953, es el referente irrefutable de la destrucción y el autoritarismo. Está protagonizada por Guy Montag, un bombero encargado de quemar libros, la nueva tarea que el gobierno ha asignado a ese cuerpo. Todo ocurre en un mundo apocalíptico e inverosímil en el que sabuesos mecánicos persiguen a los que disienten y las personas deben memorizar libros para evitar que desaparezcan por completo cuando los quemen.
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