Patrick Modiano, el último testigo

Sorpresa, además, porque no era nada previsible que se lo dieran aun francés, habida cuenta de que muchos apostaban por poetas como Adonis , por aquello de la guerra de Siria, y, otros, fantasía incólume, por el Paolo Coelho japonés, el señor Murakami . Celebro lo de Modiano porque en gran parte es uno de los testigos vivos de cierto estadio esplendoroso de la cultura francesa , tanto que después de esos años en que Modiano fue parte activa, lo que en ese país se produce es una sombra, bien que con atisbos de cierta dignidad, de lo que se hacía hace treinta años.

Patrick Modiano es novelista muy conocido y suficientemente traducido en España. Y lo cierto es que este escritor, que posee una muy vasta obra narrativa , apareció en el mundillo literario con tres novelas sobre la ocupación, que son modélicas, algo nada frecuente: Plaza de la Estrella , traducida al español como El lugar de la estrella, La ronda de noche y Los bulevares periféricos , son tres novelas que retratan el clima moral de un país durante la ocupación alemana en diferentes grados, desde la irrupción de un judio colaboracionista que se mezcla con personajes reales, como Drieu la Rochelle, Marcel Proust o Louis Ferdinand Céline, hasta describir con intensa inquetud al doble agente, ésto en Los bulevares periféricos, que trabaja para la Gestapo y la Resistencia.

Las obras de Modiano que comencé a leer fueron estas, luego vinieron muchas más, sobre todo, Villa triste , que supuso una ruptura con su línea anterior, o El libro de familia que consta de relatos breves muchos de ellos con un sutil y discreto tono autobiográfico, aunque nada comparable a Un pedigree , que, esta vez sí, es un libro donde los recuerdos familiares están narrados con maestría y donde destaca el juego tremendo que se trae con el padre...

Patrick Modiano, un merecido Premio Nobel , el amigo de Raymond Queneau.