Sharon Stone: «Si no tuviéramos sexo, no tendríamos futuro»

Sharon Stone se confiesa como pocas veces antes en una entrevista que hoy publica el diario inglés «The Independent» , con motivo de su participación en la película «Aprendiz de gigolo», escrita y dirigida por John Turturro y en la que comparte protagonismo con Woody Allen. La actriz que ha sido paradigma de la belleza tras una carrera dilatada que tuvo su punto más sexy en «Instinto básico», habla sin cortapisas de su visión de la sexualidad humana, una realidad omnipresente.

«La piel desnuda es hermosa , no creo que Dios esté en el negocio de ropa» apunta Sharon Stone, y a partir de ahí se abre la caja de las esencias: «No creo que Hollywood esté obsesionado con el sexo. Creo que es ridículo pretender que no es todo el mundo el que está obsesionado con el sexo. ¿No pensamos en el sexo cada 20 segundos? Si no tuviéramos sexo, no habría un futuro. Creo que hay una razón por la que estamos obsesionados con el sexo, es la creatividad. Es la forma en que Dios lo hizo».

En su nueva película realiza un papel difícil, el de una mujer que debe pagar para obtener placer: «Es fascinante cómo llegué a "Aprendiz de Gigolo" con el papel de la doctora Parker, que está tan interesada en el sexo, cuando acababa de hacer la película sobre Linda Lovelace», dice ella. En el filme de Turturro interpreta a una dermatóloga aburrida que pide a un librero llamado Murray (Woody Allen) que ejerza como su proxeneta . Murray pide a su amigo florista Fioravante (Turturro), que intervenga como un «don Juan» mercenario. Stone, que hoy es budista, cree que hay una necesidad de los hombres de sentirse culpables. «Creo que la vergüenza fue inventado por el hombre», afirma. «Es una manipulación del espíritu humano.»

Stone se define en la entrevista como «un ratón de biblioteca que tuvo que usar su inteligencia para ser sexy» y por eso decidió aparecer en Playboy: «Sería un paso inteligente para mí, porque si le digo a la gente que soy sexy, van a pensar que lo soy».