Se llevó el «disgusto de su vida» cuando el Códice Calixtino desapareció de la vitrina bajo su custodia. No lo pasó mejor con las primeras versiones que manejaba la Policía sobre dicha desaparición, donde José María Díaz, entonces archivero y deán catedralicio, tenía ... papel protagonista.
Seis meses después del rescate del Códice Calixtino, y tras haber presentado su dimisión como archivero cuando se produjeron los hechos, ha renunciado también a su misión en la catedral.
La noticia trascendía hace dos días, aunque hasta la fecha el arzobispo monseñor Barrio no la ha aceptado, hecho que, según todas las fuentes, se producirá hoy mismo. El deán deja su puesto por «razones personales», aclaraba ayer, ante las especulaciones sobre las presiones recibidas desde Madrid para que dejara su cargo, desmentidas por la propia Conferencia Episcopal. Un miembro del actual Cabildo tomará su puesto en el templo.
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