Un proyecto para la motivación y la ilusión en la Universidad
¿Cómo implicar a la comunidad en el desarrollo de la UCO y crear metas de futuro?
POR CARMEN TABERNERO Y MANUEL TORRES
En un proceso de cambio como el que va a experimentar la Universidad de Córdoba (UCO) en los próximos meses, es necesario implicar a toda la comunidad universitaria en el desarrollo de la institución y en la creación de metas de futuro que recuperen parte ... de una ilusión perdida y nos hagan a cada uno de nosotros elemento clave para protagonizar dicho cambio. La cuestión es: ¿Cómo implicar a la comunidad en el desarrollo de la UCO y crear metas de futuro?
La respuesta está en el comportamiento organizacional. Debemos analizar la cultura y el cambio organizacional. La Universidad de Córdoba es una organización relativamente joven, dispone de 40 años de antigüedad en los que prácticamente podríamos decir que sólo ha experimentado un crecimiento en sus metas y sus recursos humanos. En estos años, la UCO ha ido construyendo su cultura organizacional y de identidad corporativa que la han hecho una universidad emprendedora, vinculada al desarrollo, la innovación y la investigación.
Somos conscientes que todos los logros son el fruto del esfuerzo y la motivación de un colectivo de personas, fruto del esfuerzo de todos los recursos humanos que configuran la UCO (PDI, PAS y alumnado). En el contexto actual, tenemos que responder a este nuevo escenario como un reto que afrontar para seguir desarrollando Universidad, emprendiendo, innovando e investigando. La gestión universitaria debe aportar a la comunidad la seguridad necesaria para trabajar en un contexto en el que los proyectos de mejora e innovación tengan cabida. Numerosas organizaciones han crecido y se han desarrollado bajo la premisa de que de la crisis nacen las oportunidades de cambio, así pensamos que estamos en el momento idóneo para optimizar la motivación y el compromiso de la comunidad universitaria siguiendo algunas directrices básicas del comportamiento organizacional. Es necesario establecer nuevos canales de comunicación entre los miembros de la comunidad universitaria.
Socialización. El aprendizaje, las actitudes, los valores, el manejo de la diversidad y la ética que diferencian a la UCO de otras organizaciones deberían plasmarse y visualizarse en toda la comunidad, sería importante seguir trabajando en un sentido de identidad y compromiso con la organización. Es necesario desarrollar un «código de buenas prácticas» para cada uno de nuestros ámbitos de actuación —para la investigación, la docencia, la dirección de tesis, la resolución de conflictos, la gestión de equipos…—. En estos procesos, las competencias en liderazgo tienen un papel central.
Motivación (evaluación, formación, refuerzo, reconocimiento). Son numerosas las teorías psicológicas desarrolladas que han avanzado estrategias para motivar al personal, quizá una de las más extendidas es la motivación a través del refuerzo y el reconocimiento que necesariamente deben vincularse a las metas personales. En los últimos años, la universidad se ha implicado en rigurosos sistemas de evaluación. Ahora es el momento de desarrollar un programa de refuerzo y reconocimiento al trabajo, destacando las buenas prácticas de desempeño. Debemos mostrar mayor confianza en la autonomía de las personas que realizan a la perfección su trabajo y no requieren de más evaluación y sí otras estrategias de motivación, un mayor apoyo o un mayor reconocimiento de su trabajo.
Conflicto, estrés y bienestar. Los periodos de crisis y carencias de recursos desencadenan una mayor conflictividad en el personal y en la comunidad universitaria. Son numerosos los estudios que afirman que ante la carencia de recursos, el comportamiento de las personas se hace más egoísta; las personas se sienten más frustradas y se reproducen más comportamientos agresivos. Por ello, la universidad debe fomentar contextos de trabajo saludables. Sólo seremos productivos si nos encontramos bien en nuestros puestos de trabajo. Así los conflictos deben resolverse con agilidad.
En este proceso tendrá un papel central un equipo para el bienestar de las personas y los equipos en la universidad, un equipo de ayude a resolver situaciones conflictivas, ayude a organizar el tiempo de trabajo o las reuniones liberando la agenda y disminuyendo el estrés del día a día para hacernos más eficaces. Para ello debemos implantar un Plan de Desarrollo personal siguiendo el modelo ya experimentado con éxito en algunas Universidades, como por ejemplo Yale. En definitiva, se trata de aplicar la ciencia de las organizaciones al bienestar de las personas.
Así construiremos la Universidad de las personas.
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