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Catálogo de los patios perdidos
Los autores del trabajo de campo para las nuevas rutas turísticas advierten de la pérdida de unos 150 recintos
EN un mano a mano, los arquitectos Amador Esteban y Rafael Obrero han llamado a las puertas de casi medio millar de casas con patio en el Casco Histórico para catalogar estos recintos. Dos años después, su trabajo ha servido a la Fundación Cajasur para diseñar una ruta de nueve paseos por el Casco, y para dejar patente que más de 150 de estos recintos singulares, declarados Patrimonio Intangible de la Humanidad, se han perdido pese a estar inscrito en el catálogo del Plan Especial del Casco Histórico o en los de Vimcorsa. En declaraciones a ABC, el arquitecto Rafael Obrero, experto en rehabilitaciones del Casco Histórico lamenta que en estas últimas tres décadas ha desaparecido este número de recintos, bien por derribo o bien porque una mala reforma ha terminado por convertir una joya arquitectónica en un elemento irreconocible. De esta forma, denuncian que ni siquiera el Plan Especial del Casco Histórico (PECH) ni el Catálogo de Bienes Protegidos han podido salvar de la piqueta estos ejemplos únicos de arquitectura popular.
A más popular, más castigado
Las zonas más castigadas coinciden con las más populares, como el Alcázar Viejo y San Lorenzo, donde prácticamente uno de cada dos patios catalogados oficialmente ha desaparecido en el lapso de 20 años. En cambio donde más presión turística hay como es la Mezquita o Judería perviven en su gran mayoría, según recogían estos mismos expertos en un informe anterior, base de la nueva catalogación.
Obrero alerta sobre el futuro inmediato de los patios. Alerta, por ejemplo, de que el Ayuntamiento de Córdoba «debería estar más atento a esas licencias para evitar su desmantelamiento».
En cambio, como grandes descubrimientos de este estudio están las casas-patio o casas palacio que permanecen cerrados en perfectas condiciones, cuidadas y mantenidas por sus propietarios pero que no están abiertos al público. A estos propietarios que juegan un papel fundamental en la conservación de sus casas, afirman los autores del estudio, «hay que respetarlos porque están en todo su derecho de ser celosos de su intimidad y disfrutar de sus casas de puertas para adentro». «A ellos no les interesa el concurso de patios y eso es muy respetable aunque debemos saber que tienen un potencial muy alto», comentan los arquitectos.
En su estudio, junto a Amador Esteban ha catalogado patios porticados con sus vanos tapiados que datan incluso del siglo XV, como uno inmerso en la calle Abéjar, un taller abandonado de un tapicero, que podría corresponder a un viejo hospital de dimensiones enormes en los aledaños de la plaza de la Magdalena. «Unas auténticas joyas con elaboradas columnas y capiteles que sorprenden y animan a seguir investigando en esta materia», explicaban.
En la otra cara de la moneda también han tenido que abrir puertas de patios irreconocibles por una mala obra como la del convento de Santa Cruz, donde el criterio de un albañil ha sobrado para enlosar un patio excepcional sin criterio, tapiando columnas. Para estos casos aún hay esperanza ya que las estructuras permanecen al no haber demolición aunque precisan de un esfuerzo económico importante.
En cuanto a los titularidad pública, ejemplos como el claustro del Convento Regina claman al cielo. Esteban y Obrero recuerdan que este enclave único permanece con sus columnas en pie sin cubierta a la espera de que el Ayuntamiento, una vez que pase la crisis económica, pueda recuperarlo.
Estos patios, casas-patio, casas palacio aparecen catalogados en un informe que el próximo mes saldrá publicado por la Fundación Cajasur, un exhaustivo estudio, a rebufo de trabajos anteriores de estos dos arquitectos, donde los patios aparecen localizados y protegidos. Los dos autores reconocen y agradecen que los propietarios de los patios se hayan mostrado «totalmente colaboradores con el proyecto».

