Martín Ferrand, en el recuerdo
Homenaje al periodista total
Fue tan grande la obra de Manuel Martín Ferrand que, tras su desaparición, los homenajes se suceden para hacer balance y memoria de un trabajo inabarcable, desplegado durante décadas en los más variados soportes de la comunicación. Ayer fue el momento de recordar al gran comunicador audiovisual que fue el malogrado columnista de ABC, promotor de programas históricos, animador incansable de una pantalla a la que aportó rigor y hondura y, finalmente, pionero de la televisión privada en España. La Academia de Televisión reunió en el centro de Madrid a una profesión convocada, junto a su familia, para aplaudir el genio, el oficio y la inquietud empresarial de Martín Ferrand.
Voces y rostros de la radio y la pantalla se citaron para recordar a quien fue su maestro y compañero, protagonista de un tributo en el que no solo se volvió a escuchar su voz, sino el testimonio, agradecido y cómplice, de quienes, de Alfredo Amestoy a Luis Ángel de la Viuda, pasando por José Luis Balbín o Bieito Rubido, director de ABC, compartieron con Martín Ferrand la pasión de comunicar. Ayer tocaba sintonizar la imagen del maestro y entre todos los perfiles que se destacaron de él sobresalió su lucha infatigable por ampliar el marco de la libertad de todo lo relacionado con la comunicación. Ni la prensa, ni la radio, ni la televisión, ni probablemente los formatos digitales, tendrían esos márgenes de actuación sin la contribución esencial de quien puede ser considerado «el periodista total», como ayer le definió el presidente de la Academía de Televisión, Manuel Campo Vidal, rememorando el titular con que ABC, su periódico, despidió al maestro.
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