La Junta financió a Nueva Rumasa un hotel con dinero de los parados
La Guardia Civil cree que Guerrero pactó con los Ruiz Mateos darles 5,9 millones de los ERE para hacerse con el Cervantes en Torremolinos
A. R. VEGA
La familia Ruiz-Mateos adquirió en diciembre de 2003 el hotel Cervantes de cuatro estrellas en Torremolinos (Málaga) con ayudas de la Junta de Andalucía destinadas a costear las prejubilaciones de 56 trabajadores en el mismo establecimiento. En un atestado de 119 páginas remitido a ... la juez que instruye el caso de los ERE fraudulentos (que elevó en otro auto del 31 de julio a 116 el número de imputados) y al que ha tenido acceso ABC, la Guardia Civil concluye que «la ayuda sociolaboral en la que se fundamentan las tres resoluciones» que dictó en 2006 el exdirector general de Trabajo de la Junta Francisco Javier Guerrero«en realidad se trata de una ayuda la empresa acordada antes para la compra de la misma por parte del Grupo Nueva Rumasa». Los compromisos de pago firmados por Guerrero, uno de los principales imputados en la causa, y destinados a la sociedad gestora del hotel, Europa Center SA, ascendían a 5,92 millones de euros.
Los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) sostienen que la compra del hotel en la Costa del Sol por parte de la división hotelera del Grupo Nueva Rumasa «estuvo supeditada a un compromiso previo de concesión de ayudas y autorización de un procedimientos de ERE» por parte de la Junta. De hecho, los investigadores destacan que en el expediente remitido por la Consejería de Empleo no hay solicitud de ninguna ayuda «ni convenio de colaboración para concesión de ayuda alguna». Los Ruiz-Mateos «intentaron hacer lo mismo con otros hoteles fuera de Andalucía, pero no les funcionó», especifican los agentes.
Dos Ruiz-Mateos imputados
En el caso del ERE del Hotel Cervantes, la juez Mercedes Alaya sostiene que, a partir de su adquisición por el Grupo Nueva Rumasa en el año 2003, «desde el primer momento se planteó la posibilidad de solicitar un ERE para abaratar los costes laborales», para lo que «Javier y Pablo Ruiz Mateos (imputados en la causa) contactaron con Juan Lanzas (exsindicalista de UGT), el cual se comprometió a la financiación de las prejubilaciones por parte de la Junta de Andalucía mediante el abono de una tarifa de 100 millones de pesetas (en torno a 600.000 euros) por cada ERE». Todos estos pagos se realizaron en «B» en sobres quincenales o mensuales de 20.000 ó 25.000 euros, siempre en billetes de 500, que recogía personalmente Lanzas o su compañera.
Lanzas pasó sus vacaciones de verano en el hotel de la familia jerezana de forma gratuita. Según la Guardia Civil, los Ruiz-Mateos utilizaron conscientemente al exsindicalista, gracias a sus contactos con la Consejería de Empleo, para «asegurarse» las ayudas a las empresas del grupo a cambio de «cuantiosas comisiones».
Alaya también ha imputado a Carlos Miranda Bacciarini, director de la Dirección Hotelera del Grupo Nueva Rumasa y administrador mancomunado de la empresa Europa Center. Considera que «estaría al tanto de todas las irregularidades que se habrían cometido y además que era quién presuntamente efectuaba el pago directamente a Lanzas».
Entre el fundador del grupo José María Ruiz Mateos y Lanzas los agentes observan una relación muy estrecha. Queda patente «no sólo por la estancia en el hotel de forma gratuita» y las reuniones que mantenía con el patriarca de la saga empresarial en su chalé de Somosaguas (Madrid), sino porque el propio Ruiz Mateos lo presentaba a otras personas como «el conseguidor», señala el informe policial.
Según declaró en el apoderado de la empresa Europa Center SA (Hotel Cervantes), Miguel Rodríguez Ortega, «la producción del hotel era suficiente para sufragar los gastos derivados del funcionamiento del mismo. Aún así la familia Ruiz Mateos solicitó un ERE donde se colaron «dos personas ajenas» a la empresa, Claudio Andrés Sendino García y José Antonio Cuevas Álvarez. El primero fue contratado por Europa Center nueve días antes de la solicitud del ERE. Cuevas trabajó durante 20 años en Autos Marbesol y Viajes Marbesol, pertenecientes al Grupo Rumasa, y confesó a los agentes que lo contrataron seis meses antes para cobrar la ayuda, pero no desempeñó «función» alguna en el hotel.
«Yo me apunto al ERE»
Cuevas relató que estaba trabajando en Autos Marbesol cuando escuchó una conversación en la que el gerente de la empresa comentaba a un directivo de Nueva Rumasa que «lo del hotel Cervantes iba a salir» en alusión a la reestructuración del personal. En este momento, a modo de comentario jocoso, el empleado espetó al gerente que «se apuntaba a ello». Le tomaron la palabra y entró en el ERE irregular.
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