El futuro de la agricultura pasa por un uso sostenible de la fertilización
Corteva Agriscience impulsa la iniciativa BioEficiencia, un paquete de soluciones y servicios para promover una agricultura más productiva y sostenible en torno al cuidado del suelo

En un futuro repleto de incertidumbres por los efectos del cambio climático, la medida más eficaz para garantizar la supervivencia del planeta pasa por proteger el medioambiente. Y aquí el sector de la agricultura juega un papel fundamental. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) ha reiterado en numerosas ocasiones que es urgente avanzar hacia un modelo agrícola que sea respetuoso con los recursos naturales y la biodiversidad.
En la actualidad, advierte la FAO, una tercera parte de la tierra agrícola está degradada, hasta el 75% de la diversidad genética de los cultivos se ha perdido y el 22% de las razas de ganado podría desaparecer. Por eso, en un momento en que la demanda de alimentos, piensos y bienes y servicios agrarios aumenta sin cesar, es necesario apostar por una agricultura sostenible que aproveche los recursos naturales para producir alimentos sin dañar el ecosistema. La propia FAO estima que este modelo de producción agrícola sería suficiente para alimentar a la población de todo el planeta en 2050 –unos 9.700 millones de personas–, por lo que supondría una palanca esencial para combatir el hambre en el mundo.

En este sentido, uno de los retos de la industria es avanzar hacia un nuevo concepto en el manejo de la fertilización sostenible para conseguir cosechas más productivas y respetuosas con el entorno. En los últimos años, numerosas empresas han realizado importantes inversiones en I+D para que esa fertilización sostenible sea una realidad. Una fórmula en la que ganan, por un lado, los agricultores, ya que estos fitosanitarios favorecen mayores rendimientos de los cultivos. Y por otro, el medioambiente, ya que son productos que emiten menos gases de efecto invernadero y mejoran la calidad de los suelos.
“Queremos incorporar la mejora de la fertilización como parte esencial de la solución global para una agricultura más eficiente y respetuosa”
Manuel Melgarejo, presidente de Corteva Agriscience para España y Portugal
Esta es la línea de trabajo de Corteva Agriscience, una compañía cotizada 100% agrícola que es una referencia en tecnología aplicada a semillas, protección de cultivos y agricultura digital. Consciente de que la salud del suelo, el agua y la biodiversidad están interconectados, el objetivo de esta empresa es proteger la tierra y garantizar el éxito a largo plazo de la industria agrícola.
A partir de esta filosofía, Corteva ha ido un paso más allá y acaba de lanzar al mercado BioEficiencia, un concepto que engloba una serie de soluciones y servicios para promover una agricultura aún más productiva y amable con el medioambiente. El nombre no es casualidad: nace de la suma de tres palabras (biología-eficiente-ciencia), muy presentes en los valores que transmite de la compañía.
La investigación es la clave
“El suelo ha podido ser un gran olvidado pero nosotros queremos incorporar la mejora de la fertilización como parte esencial de la solución global para una agricultura más eficiente y respetuosa”, sostiene el presidente de Corteva Agriscience para España y Portugal, Manuel Melgarejo. Su esfuerzo en investigación ha dado como resultado unas propuestas naturales y eficientes, que abordan todos los aspectos relacionados con la nutrición de la planta y aumentan el rendimiento de los cultivos con el menor impacto económico y ambiental.

Entre las principales soluciones que se integran dentro de BioEfiCiencia destacan, por un lado, Ympact. Este tratamiento nutricional de semillas se basa en una nueva tecnología que aporta micronutrientes esenciales para la germinación y el enraizamiento, sin necesidad de obtenerlos del suelo. Gracias a eso, ayuda al desarrollo de la planta.
Otro de estos nuevos productos es SullicaB, un complejo de microorganismos que desbloquean fósforo y potasio, a la vez que fijan nitrógeno y producen fitohormonas. Todo ello contribuye a un mejor crecimiento del cultivo, favorece la estructura del suelo e incrementa su fertilidad. Por su parte, Instinct es un estabilizador de nitrógeno que inhibe temporalmente las bacterias responsables de la nitrificación: al retener esta sustancia, reduce la posible contaminación de acuíferos y permite que el cultivo pueda aprovechar mejor este elemento químico. Por último, la solución BlueN se basa en una bacteria que capta el nitrógeno atmosférico y lo convierte en una fuente adicional que alimenta directamente a las partes en crecimiento de las plantas.
A todas estas novedades se suma Granular Link. Esta app móvil permite controlar al milímetro los cultivos gracias a la tecnología. La aplicación monitoriza por satélite el estado de la plantación, por lo que es posible detectar y prevenir cualquier problema en cuestión de segundos. La herramienta genera mapas de prescripción muy precisos para la siembra, el abonado-nitrogenado y la aplicación de fitosanitarios en cualquier momento. Estos mapas se pueden exportar de forma compatible con la maquinaria agrícola. Se trata, en definitiva, de un instrumento de precisión que favorece la toma de decisiones y el control en un simple vistazo de todas las variables que afectan al cultivo.