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Móvil y volante: un cóctel peligroso

Utilizar el smartphone mientras conducimos es una de las principales causas de siniestralidad en España

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Las distracciones al volante son la principal causa de siniestralidad en España. Según los datos de la Dirección General de Tráfico, el 32% de los accidentes de tráfico con víctimas mortales que se produjeron el año pasado estuvieron relacionados con despistes del conductor. Y la causa más frecuente de ello es el uso del móvil, una acción catalogada por el RACC como muy peligrosa por el 94% de los conductores. Más aún si se considera el dato que arroja otra encuesta realizada entre más de 6.000 jóvenes europeos: el 43% admite que wasapea al volante.

Está claro que la conducción y el móvil son malos compañeros de viaje. Acciones que parecen tan sencillas como echar un ojo al smartphone o marcar un número, u otras que van más allá como escribir un mensaje e incluso hacer una foto, pueden ser letales. La DGT lo deja claro: marcar un teléfono a 120 km/h supone que recorremos sin ver la carretera una distancia de 429 metros, es decir cuatro campos de fútbol. Si mandamos un Whatsapp son 660 metros los que hacemos a ciegas. No solo porque, tal y como apunta la AAA Foundation for Traffic Safety, a la distracción visual que supone mirar la pantalla hay que sumar la cognitiva y la manual. Esto supone multiplicar por 23 el riesgo de sufrir un accidente.

Otro estudio deja claro que, al hablar por el móvil mientras conducimos, dejamos de captar hasta el 50% de la señales. Además, el peligro de sufrir un siniestro aumenta entre cuatro y nueve veces, similar a lo que provocaría una tasa de alcoholemia de 10 gramos por litros de alcohol en sangre (la tasa máxima permitida en España es de 0,5 gramos por litro).

Sin embargo, con todos estos datos ¿por qué seguimos poniendo en riesgo nuestra vida, la de las personas que nos acompañan en el vehículo y la de los demás conductores? Parece que es un riesgo del que no somos conscientes o al que, sorprendentemente, no se da la necesaria importancia ya que un informe de Axa y Ponle Freno señala que el 25% de los encuestados reconoce que habla por teléfono al volante sin utilizar un dispositivo de manos libres; un 18% confiesa que responde a mensajes mientras conduce y un 43% más afirma que utiliza Whatsapp conduciendo.

Multas, pero mucho más

Actualmente, manipular el teléfono móvil al volante es una infracción grave que supone una multa de 200 euros y la retirada de tres puntos del carné, una sanción que la DGT ya ha anunciado que va a endurecer en la próxima reforma de la Ley de Tráfico. Otros países como Francia ya trabajan en esta línea. Los galos han prohibido el uso del móvil en el coche incluso estando parado como dejó clara una sentencia del Tribunal de Casación, que establece que el conductor puede ser multado si tiene el móvil en la mano independientemente de su estado de circulación. También Francia ha anunciado que va endurecer las sanciones, llegando incluso a retirar el permiso de conducir en los casos en los que la infracción ponga en peligro a otras personas.

Aunque tiene un efecto disuasorio, la multa no es lo que ha de preocuparnos a la hora de utilizar el móvil al volante. Tal y como recuerda la web Por un uso Love de la Tecnología, con la que Orange quiere concienciar a niños, jóvenes y adultos sobre la necesidad de un uso seguro y responsable de las nuevas tecnologías, escribir mensajes, tuitear o marcar un número de teléfono implica un incremento del tiempo de reacción para detectar y responder a acontecimientos inesperados, ver las señalas o, por ejemplo, a un peatón cruzando. Eso supone que se reduce también la capacidad para mantener la posición correcta en el carril o la velocidad adecuada, así como que la reacción de frenado sea más lenta y disminuya el campo de visión y la distancia de seguridad.

Pensemos, además, en el ejemplo que damos a nuestros hijos. Ellos son, de hecho, los primeros que exigen predicar con el ejemplo a sus padres. Una de sus principales demandas es que no utilicemos el smartphone, bajo ningún concepto, al volante, ni siquiera en los semáforos en rojo. Por eso, lo mejor es mirar el móvil antes de arrancar. Una vez al volante, cualquier llamada o mensaje seguro que puede y debe esperar. Es la única forma de ir seguros y concienciar a los jóvenes sobre el peligro del uso del móvil al volante, una unión que hay que desterrar porque puede ser letal.

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Contenido de Content Factory para LOVE ORANGE. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.