Así te puede afectar el fraude eléctrico
Es un problema en auge que puede tener serias consecuencias en nuestra seguridad y que también impacta en nuestro bolsillo.

En 2016 en España, sólo Endesa – que distribuye un 45% de la electricidad nacional - identificó más de 100.000 fraudes y la mayoría, en negocios, industrias y particulares con alto consumo
Desde el año 2010, se han disparado los casos de fraude en España hasta convertirse en un problema del que urge una solución rápida y eficaz. Los riesgos de seguridad que conlleva, junto con el impacto económico que supone para nuestros bolsillos, obliga a los organismos implicados a reforzar las medidas para combatir a los defraudadores.
Ante un problema en auge, aumentan también los refuerzos para combatirlo. Cuando se detectó el comienzo de esta tendencia, algunas distribuidoras crearon planes especiales para detectar el fraude e incrementaron el número de inspecciones en campo. Ahora, grandes empresas como Endesa recurren a la tecnología más puntera para que les ayude a identificar a quienes consumen más energía de la que han contratado.
El uso del Big Data o análisis masivo de datos permite agrupar los datos históricos de consumo y contrato de las instalaciones, sobre los que se aplican algoritmos de cálculo para la identificación de posibles fraudes. Endesa ha puesto en marcha un sistema de “machine learning”, resultado de más de dos años de trabajo en colaboración con empresas líderes del sector en Estados Unidos y España, que analiza los datos históricos de consumo de los puntos de suministro y variables externas. El sistema permite, por ejemplo, comparar los consumos con instalaciones similares en tamaño y tipo de actividad y detectar si se producen desviaciones significativas que puedan ser un indicio de fraude. Es a partir de estos datos cuando cada empresa decide mandar una inspección in situ para comprobar si realmente la instalación ha sido manipulada.
"En los últimos años, muchas distribuidoras han creado planes especiales de control de fraudes”
José Antonio Franco
“En los últimos años, muchas distribuidoras han creado planes especiales de control de fraudes”, explica José Antonio Franco, Responsable de Recuperación de Energía de Endesa. “Ha sido en el 2016 cuando se ha tomado más conciencia pública del problema y este año hemos querido redoblar los esfuerzos para combatirlo por los riesgos que suponen para los ciudadanos ”, añade.
Nuestra seguridad, en riesgo
Los datos muestran que cada vez más personas manipulan sus instalaciones eléctricas para consumir más electricidad y pagar menos, y la consecuencia más seria afecta a la seguridad de todos. Los riesgos no son sólo para el defraudador que manipula la instalación, o para el operario que va a revisarla, sino también para las personas que viven o se encuentran cerca de ella. “Al manipular los cables, la instalación queda desprotegida y aumentan los riesgos de accidentes”, explica José Antonio Franco.
La electrocución o incluso el incendio son algunos de los desastres más graves que puede ocasionar una instalación manipulada para el fraude. “En los últimos años se han registrado numerosos casos de incendios en instalaciones y viviendas como consecuencia de dichas manipulaciones e incluso se ha tenido que lamentar la pérdida de vidas”, señalan desde Endesa.
El fraude también impacta en nuestro bolsillo
En 2015, el fraude eléctrico tuvo un impacto económico para los consumidores españoles de 150 millones de euros, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Y estas consecuencias en el bolsillo del ciudadano se agravan ante esta tendencia ascendente: En 2016, Endesa detectó más de 110.000 fraudes eléctricos, un 32% más que en 2015. “La mayoría de los casos de fraude se dan en industrias, bares y restaurantes, hoteles y en viviendas grandes”, explica Franco. La competencia desleal entre los negocios que defraudan frente a los que actúan de manera legal es también una realidad que preocupa a muchos empresarios.
En lo que a energía se refiere, el volumen de energía recuperada por Endesa el pasado año en los fraudes detectados rebasó los 1.400 millones de kwh, un 142% más que en 2015, una cifra que equivale a la energía consumida por Lanzarote y Fuerteventura en un año.
Ante un problema en auge, aumentan también los refuerzos para combatirlo. Cuando se detectó el comienzo de esta tendencia, algunas distribuidoras crearon planes especiales para detectar el fraude e incrementaron el número de inspecciones en campo. Ahora, grandes empresas como Endesa recurren a la tecnología más puntera para que les ayude a identificar a quienes consumen más energía de la que han contratado.
El uso del Big Data o análisis masivo de datos permite agrupar los datos históricos de consumo y contrato de las instalaciones, sobre los que se aplican algoritmos de cálculo para la identificación de posibles fraudes. Endesa ha puesto en marcha un sistema de “machine learning”, resultado de más de dos años de trabajo en colaboración con empresas líderes del sector en Estados Unidos y España, que analiza los datos históricos de consumo de los puntos de suministro y variables externas. El sistema permite, por ejemplo, comparar los consumos con instalaciones similares en tamaño y tipo de actividad y detectar si se producen desviaciones significativas que puedan ser un indicio de fraude. Es a partir de estos datos cuando cada empresa decide mandar una inspección in situ para comprobar si realmente la instalación ha sido manipulada.
El fraude eléctrico en cifras
Seguridad, economía y sostenibilidad son los tres campos que se ven más afectados por esta actividad fradulenta.


