IDEES DES DE LA COMUNITAT

El riesgo de los «Països Catalans»

«La primera fase de la operación ya está en marcha con la convocatoria del referéndum para la independencia de Cataluña. Después vendría la segunda fase: la expansión de esa Cataluña en «els Països»

JUAN G. - / JUAN G. - - Actualizado: Guardado en: Actualidad

El ministro José Manuel García Margallo ha pronunciado una conferencia esta semana en Barcelona sobre los pilares que sustentan la idea de Europa. El germen de la UE, ideado a mediados del siglo pasado por «los padres de Europa», residía en una Europa unida, capaz de ser una gran potencia económica que compitiera con naciones líderes como EE.UU., China, Japón, o la antigua URSS. Esta voluntad nos ha llevado a los países que hoy conforman la UE, algunos incluso de la extinta Unión Soviética, a desear permanecer juntos, pese a que eso conlleve perder cotas de soberanía nacional y contar con una misma moneda y políticas comunes.

Europa está solventando esta profunda crisis económica gracias a que permanece unida. Ninguno de los miembros de la UE desea separarse de Europa, aunque internamente pueda haber pequeños grupos extremistas de derechas e izquierdas que así lo reclamen. Por eso, ahora que el concepto de soberanía en Europa está «absolutamente caduco», resulta también inexplicable que haya quien quiera apartarse de una de las naciones que componen esa Europa, como es del Reino de España.

Esta voluntad de separación es la pretensión, de una u otra manera, de algunos partidos vascos y –especialmente– del grupo terrorista ETA. Esta banda de asesinos estableció, tras el fracaso del pacto de Estella, una estrategia para descomponer España por dos frentes: el norte con lo que llaman Euskalherria, y el este con la separación de Cataluña, en una primera fase, y la posterior creación de los Països Catalans.

Aquellas conversaciones que mantuvo Otegui con los mandos de Esquerra Republicana de Catalunya, y que culminaron con el Pacto del Tinell, están ahora tratando de dar sus frutos en el órdago lanzado por la Generalitat tras el pacto alcanzado entre los que hasta ayer parecían nacionalistas moderados catalanes y los independentistas para realizar un referéndum independentista.

Si grande es la preocupación de todos los que nos sentimos españoles y europeos ante este actitud irresponsable, mayor aún debe ser la de los valencianos ya que el objetivo, como he dicho, no es «sólo» la separación del País Vasco y Cataluña, sino sumar a estos territorios el conjunto de Euskalherria (Navarra y País vascofrancés), y els Països Catalans que, según ellos, comienza en el Rosselló y acaba en Pilar de la Horadada.

De momento, la primera fase de la operación ya está en marcha con la convocatoria del referéndum para la independencia de Cataluña el próximo 9 de noviembre. Después vendría la segunda fase: la expansión de esa Cataluña en «els Països».

Alguno puede pensar que caigo en la exageración o alarmismo. No es así. A las pruebas me remito. En la transición, las fuerzas de izquierda ya pretendieron que esta Comunidad se llamara País, las mismas que aún hoy mantienen en sus siglas ese nombre. Otros dos ejemplos: en mapas de la TV3 se incluye a la Comunidad Valenciana; y en poblaciones catalanas con plazas denominadas Països catalans que junto a la placa colocan una silueta del territorio donde se nos incluye. La voluntad es clara.

Ante todas estas situaciones el Gobierno de España, organizado en el Estado de las Autonomías, debe ser firme en defender la legalidad basada en la Constitución de 1978 y aprobada por todos los españoles. Todas las cuestiones deben ser abordadas con diálogo y «parlant», como indicó el ministro García Margallo, pero con la Constitución como norma que regule ese diálogo. «De tot és pot parlar».

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