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Los nuevos narcos gallegos reivindican su lugar en el mercado del tráfico de drogas
Mafias colombianas siguen controlando el negocio de la cocaína que entra por Galicia y se mueve por Europa
El negocio del narcotráfico en Galicia se reinventa. Con los narcos de referencia de los años 80 fuera de juego, las nuevas generaciones reclaman su lugar en un mercado controlado por los contrabandistas colombianos, conocidos como «los reyes de la cocaína». Las mafias que lideran este comercio ilegal están conectadas por mar con Galicia y acaparan desde hace más de una década la entrada y distribución de la droga desde la Comunidad gallega al resto de países europeos.
Para mover la mercancía se valen -según han reconocido a ABC fuentes de la lucha contra la delincuencia organizada de la Guardia Civil- de enlaces gallegos que hasta hace poco se encargaban únicamente del transporte. «Estas personas recogen la droga que entra en Galicia y que después llevan hasta Madrid, a naves industriales o a puertos secos». De ahí, los alijos emprenderán viaje al resto de Europa.
Sin embargo, el perfil de estos «facilitadores» gallegos está variando. Tras años relegados por las mafias internacionales, las nuevas caras reivindican su lugar en el negocio y también un porcentaje de las ganancias. A su favor juega el conocimiento de las zonas por las que se mueven y su anonimato. Nuevos en el mundillo, participan cada vez más de un negocio en el que la «cocaína de descarga» -la que las planeadoras tiraban en fardos en las playas para ser rápidamente recogida- ha dado paso a métodos más sofisticados.
Con el pescado congelado
«La mayoría de la droga entra a través de contenedores y los puntos más calientes son los puertos de Vigo y Marín», inciden desde el Instituto Armado. Para camuflarla, es frecuente que las mafias intenten colarla en medio de cajas de fruta, de prendas de vestir o de pescado congelado, lo que dificulta mucho el trabajo de los perros. En caso de no ser detectada, la droga saldrá de Galicia y más tarde de España. Y es que, según datos de la Europol, por la Comunidad gallega pasa entre un 60 y un 80 por ciento de la droga que se introducirá después en el resto de países europeos, aunque aquí solo se incauta un 12 por ciento por la rapidez con la que las mafias la mueven. En sus desplazamiento suelen utilizar automóviles de alta gama, que les permiten cubrir largas distancias en muy poco tiempo.
El menudeo en los poblados
En paralelo a las potentes redes de tráfico de cocaína funcionan otras organizaciones internacionales dedicadas a la distribución de heroína o hachís y que están en manos de albaneses y turcos. Parte de la mercancía que mueven va a parar a poblados chabolistas como el de O Vao (Pontevedra) o el de Freixeiro (Narón), controlados por líderes de etnia gitana.
Pese a las redadas que en los últimos meses se han llevado a cabo en estos campamentos gallegos, los expertos reconocen que no se trata de puntos calientes. «En estos asentamientos no acepta a gente nueva porque son círculos muy cerrados. Por eso no hemos notado crecimiento alguno en ellos», explican. Sí alertan de la venta de «polifármacos», muy difíciles de conseguir sin receta, que en los últimos tiempos se ha disparado en estos poblados.

