ENTREVISTA
«Ciudad Real está preparada para acoger a 200 refugiados»
José Miguel Pérez TaboadaCoordinador provincial de ACCEM
;L.B.
A la espera de conocer la cifra definitiva de refugiados sirios que podrían llegar a España y concretamente a la provincia de Ciudad Real, desde entidades como ACCEM, que trabaja con este colectivo, se hace un llamamiento a la calma; de momento lo único que ... pueden hacer los ciudadanos es donaciones económicas y ofrecerse como voluntarios.
— La marea de solidaridad con los sirios ha traído a la actualidad el concepto de refugiado, que en muchos casos se confunde con inmigrante. ¿Cuál es la diferencia?
— Un refugiado es aquella persona que tiene que salir de su país por peligro de muerte al ser perseguido por una razón política, sexual o religiosa. Se marcha de su país y se va a otro de acogida que le concede la condición de asilo. Aquí en España se puede hacer la solicitud en un puesto fronterizo o en cualquier Comisaría, posteriormente el Ministerio hace la investigación y si la concede eso implica una serie de derechos, ayudas económicas, sanitarias, formativas y laborales. El inmigrante, sin embargo, abandona su país por causas económicas, para buscarse un futuro mejor y llega en esa condición. Tiene que regularizar su situación y eso implica también cuánto tiempo se puede quedar y de qué manera. Los refugiados por tanto no son inmigrantes.
—¿Y qué pasa una vez obtenida la condición de refugiado?
— Una vez que la persona obtiene la condición de refugiado el Ministerio la deriva a alguna de las entidades que trabajamos en esta materia, CEAR –que no tiene presencia en Castilla-La Mancha-, ACCEM o Cruz Roja. Nosotros, por ejemplo, cuando tenemos una persona que llega a nuestro centro en Madrid la derivamos a uno de nuestros centros de acogida. Por ejemplo, el de Sigüenza. Allí es donde los profesionales empiezan a intervenir a todos los niveles, psicológico, formativo y de inserción. En este centro el refugiado pasa entre seis y nueve meses y después inicia una vida independiente en una vivienda de alquiler, por ejemplo, pero nosotros siempre hacemos el seguimiento porque somos su referente. Algunos se quedan, otros se marchan a otros países donde tienen familia y muchos regresan a sus países de origen si la situación lo permite, es lo que ha pasado con los albano-kosovares.
—¿Esa red de centros está preparada para acoger a los casi 15.000 refugiados que se prevé podrían llegar a España?
— No creemos que la llegada vaya a ser en avalancha. Yo entiendo que la llegada será programada para que podamos ir distribuyéndolos. La semana que viene va a haber una reunión convocada por el Gobierno para ver estas cuestiones, pero yo creo que no va a ser de forma masiva. Aun así es importante que vayamos coordinando los recursos que tenemos disponibles, por ejemplo, si hay pisos para alquiler o si las administraciones ponen a disposición viviendas sociales.
Trabajo psicológico
—Hay mucha gente que se está ofreciendo para acoger familias en sus propias viviendas.
— Esto no es una campaña de verano, no es como tener un niño saharui durante un verano, los refugiados vienen para quedarse y tienen una serie de derechos como la integración sociolaboral. También hay que intervenir con ellos a nivel psicológico porque van a venir muy tocados. Por eso, lo que hay que lograr es que las administraciones cedan sus viviendas y también a lo mejor esos particulares que tengan una segunda vivienda sin ocupar, pero sabiendo que puede ser para bastante tiempo.
—Dentro de la marea solidaria que crece por días en España y en Ciudad Real también con iniciativas ciudadanas, ¿qué puede hacer ahora mismo un ciudadano de a pie para ayudar?
— Estamos haciendo un llamamiento a la coordinación de todos los recursos para mantener la tensión de esta solidaridad, pero tenemos que esperar a saber cuántos llegan y qué perfiles tienen. No es lógico, por ejemplo, que se hagan recogidas de medicamentos o de mantas cuando no los van a necesitar porque el Gobierno se tiene que encargar de eso, que hay partida económica para ello. La gente ve las imágenes en televisión y quiere hacer algo ya, pero lo único que se puede hacer es donaciones económicas a las entidades que trabajamos en este campo y ofrecerse como voluntarios para en un futuro trabajar con los refugiados cuando lleguen. Por ejemplo, se van a necesitar psicólogos o personas que puedan realizar labores de acompañamiento.
—¿Existe, por tanto, un cierto desconocimiento entre la población sobre cómo actuar en este caso?
— Sí, es loable el afán de solidaridad, pero repito que esto no es como acoger a un niño saharaui durante un mes de verano. Lo normal es que quieran vivir con sus familias en una vivienda. Eso nos permite a nosotros –a las entidades- procurarles un mejor seguimiento.
—¿Está preparada la provincia de Ciudad Real para acoger a los hipotéticos 200 refugiados que le podrían tocar en el reparto?
— Creo que conforme se está haciendo el llamamiento no habría problema para acoger a 200 porque pondríamos en marcha todos los protocolos en coordinación con las Administraciones e iniciativas ciudadanas.
—¿Temén de algún modo que esa iniciativa ciudadana se desinfle si decae la atención mediática?
— Nos interesa que el esfuerzo se mantenga en el tiempo, pero eso casi siempre depende de que se mantengan las noticias o las imágenes y entonces la solidaridad seguirá existiendo. Hay que tener en cuenta que existen muchos conflictos en el mundo, no solo el de los sirios, conflictos olvidados como el del Congo o Sudán, y que también nos llegan refugiados de estos países y nadie habla de ellos. Esto no quiere decir que ahora con Siria no tengamos que actuar porque la situación así lo exige.
—¿En qué punto se encuentran las labores de coordinación a nivel provincial?
— La Diputación va a convocar a una reunión a todos los ayuntamientos donde estaremos nosotros y les informaremos de cuáles son los protocolos de intervención y por otra parte para saber con qué recursos podemos contar.
—¿Cómo encaja eso en la Oficina de Atención al Refugiado que ha anunciado el Gobierno de Castilla-La Mancha?
— Creo que la idea es que esa oficina regional, que todavía no sabemos cómo va a funcionar, coordine a todas las provincias para tener un mapa claro y establecer una estrategia..
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