Al menos 3 provincias impares en unas Cortes con 32 o 33 escaños

Todo parece indicar que lo que se intenta es que haya el mayor número de provicias de la región, tres o cuatro, con un número de diputados impar (en la actualidad hay tres), algo que las fuentes consultadas aseguran que se hará «con criterios técnicos y objetivos en función de población y representatividad, y que sea realmente la mayoría la que decida».

Para ello hay que tener en cuenta dos factores: el de la territorialidad, con el establecimiento de un número mínimo de diputados, y el criterio poblacional; es decir, que no sea posible que una provincia que tiene menos habitantes cuente con más diputados en la Cámara autonómica.

La reforma de la Ley Electoral que dejará en 32 0 33 el número de escaños en el Parlamento autonómico será la que se aplicará en las próximas elecciones municipales y autonómicas de 2015; si continuara en vigor la ley aprobada hace un año, el número de diputados, en lugar de bajar, subiría de 49 a 35. La grave crisis económica y la necesidad de implantar la máxima austeridad en la «cosa pública» llevó a la presidenta regional, María Dolores de Cospedal, a plantearse la reducción de diputados autonómicos, los cuales desde el mes de enero no cobran sueldo, -salvo escasas excepciones-, solo dietas.

El presidente de las Cortes regionales, Vicente Tirado, rehusó concretar el asunto del número de diputados que tendrán las «nuevas Cortes», pero subrayó que «estas medidas van en la línea de lo que quieren los ciudadanos y eso es reducir el Parlamento a la mitad». En declaraciones a ABC y preguntado por si rebajar el número de diputados va en detrimento de una mayor representatividad, contestó que «cada provincia tendrá su representatividad y todas las provincias estarán representadas, lógicamente, con menos diputados. Yo no creo que un menor número de diputados afecte al grado de representación». Añadió que el Gobierno regional quiere «elaborar leyes que aporten soluciones para los ciudadanos» y que «afortunadamente se corrigió el defecto que hicieron los socialistas, con el que una sola provincia podía decidir por el resto. Con la nueva Ley Electoral, el que gane las elecciones gobernará».