Los productores de vino aguardan una cosecha «buena» y de «excelente» calidad
El sector confirma que Castilla-La Mancha superará los 20 millones de hectolitros
Los productores de vino aguardan una cosecha «buena» y de «excelente» calidad
Tanto la carestía como el exceso en el mayor viñedo del mundo son un quebradero de cabeza para productores, elaboradores y compradores de vino, que miran con reojo y detenimiento la evolución de cada una de las bayas, racimos y sarmientos a falta de ... un mes para que comience la cosecha de uva en C astilla-La Mancha en las variedades más tempranas.
Tras sufrir el año pasado y parte de este una escalada y posterior bajada de precios, el sector aguarda con cautela, y no sin poca preocupación, el arranque de una cosecha que, en principio, se espera que esté dentro de «parámetros normales» de cantidad y «excepcionales» en la calidad, augura Francisco Patiño, portavoz de la Mesa de Productores de la Denominación de Origen Valdepeñas.
Pese a estar el racimo verde y en pleno desarrollo, los agricultores ya han obtenido las primeras muestras relativas a los índices de fertilidad que, en un principio, son «elevados», explica P edro Alcolea, un agricultor de la zona de La Mancha, perteneciente a la organización agraria Asaja.
Alcolea, sin querer adelantar estimaciones concretas, detalla que el número de racimos en el sarmiento es «alto» sin bien advierte que todavía es aventurado hacer una previsión de una cosecha que, a priori, será «buena» por las «excepcionales condiciones meteorológicas» de una primavera lluviosa, sin heladas excesivas y sin «golpes de sol»
Aún así, informó que la frecuencia de racimos por sarmiento en airén es de 1,8; de 2,1 en tempranillo y de 2.4 en el resto de varietales, con lo cual el peso medio por racimo de una vid de regadío puede oscilar entre los 600 y 650 gramos, mientras que n o llegará a los 400 en secano. Pero, según advierten desde la organización Asaja, los datos definitivos no se obtendrán hasta la primera semana de agosto, en la cual se recogerá información más precisa de cada una de las zonas de Castilla-La Mancha que alberga 465.000 hectáreas (el 48,8% del total de España, según el último informe del Ministerio de Agricultura, Alimentación, y Medio Ambiente), 200.000 menos que hace unos años, debido a las políticas de reestructuración de viñedos.
En cuanto a la climatología, el portavoz de la Mesa de Productores y también vicepresidente de la DO Valdepeñas , Francisco Patiño, cree que en la gran mayoría de las variedades de la zona se vendimiará en septiembre debido al «retraso vegetativo» por el frío continuado en la primavera y recalcó que en cuestiones de producción se espera una cosecha «buena».
Aún así prefirió trasladar la estimación a dentro de unas semanas porque desde hace unos quince días se ha detectado un «corrimiento en los racimos» en la última fase de cuaja de fecundación «importantes», con racimos «total y parcialmente secos» dentro de los «altos índices de fertilidad».
Patiño aún desconoce cómo puede afectar este hecho al desarrollo de la baya, una vez que se ha generalizado la campaña de riegos: «Pese a tener los sarmientos muchos racimos existen demsiados claros», apunta.
Entre el sector de cooperativas, existen las mismas expectativas dentro de la prudencia, aunque siguen con la mirada puesta en el cielo para que se mantengan las altas temperaturas sin que llegue «el golpe de calor» temido ni las nubes con aparato eléctrico y granizo que mermarían la producción y la calidad.
Con estas condiciones meteorológicas, la uva se está desarrollando de una forma «ecológica» pues «apenas ha necesitado tratamientos para plagas o enfermedades» como puede ser el mildiu, indican desde el sector cooperativista.
Sin embargo, Alcolea sí que ha detectado algún episodio de «cenicilla», una variedad de hongo que paraliza el desarrollo del racimo pero que, de momento, está siendo «testimonial» y tratado en zonas concretas.
Superior a los 20 millones
Desde el sector de las cooperativas se apunta que este año se superará la cantidad de la vendimia cosechada en la campaña anterior que, finalmente se cerró en 18,3 millones de hectolitros , un poco «corta», cuando lo normal es que ronde los 20 millones.
Castilla-La Mancha tiene su récord de producción en alrededor de 24 millones de hectolitros cuando la región poseía unas 700.000 hectáreas de viñedo repartidas en nueve denominaciones de origen (Almansa, Jumilla, La Mancha, Manchuela, Méntrida, Mondéjar, Valdepeñas, Ribera del Júcar y Uclés), además de los declarados pagos y los caldos enmarcados en Vinos de la Tierra de Castilla.
Pero la cuatela reina en todo el sector ante la amenaza constante de los mercados exteriores y la competencia de los compradores industriales de vino de mesa que, en cierta manera, influyen en los precios a su propio interés.
De hecho, todavía bodegas y cooperativas continúan renegociando contratos de la campaña pasada al no haber dado salida al stock, como consecuencia de la presencia en el mercado español de caldos procedentes preferentemente de Chile y Argentina. Aún así, y pese acumular un tercio de existencias, los productores son optimistas de cara a iniciar la vendimia con las «bodegas limpias».
En el caso de la Denominación de Origen Valepeñas, en los últimos meses se ha incrementado el volumen de ventas un 9 por ciento en embotellado, según reveló Francisco Patiño, en una temporada que «no es muy propicia para el consumo», pues, a su juicio, el consumidor opta en este tiempo por otro tipo de bebidas: «Esto es un buen síntoma para iniciar la recolección» de la uva en el que medio mundo tiene puestos sus ojos en la mayor región productora de vino.
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