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No sólo ballenas: así era, en realidad, la dieta del megalodón

Un nuevo estudio basado en la abundancia de isótopos de zinc en los dientes del enorme depredador revela que el tiburón gigante era oportunista y perfectamente capaz de adaptarse a las presas disponibles en cada momento

El megalodón vuelve de las profundidades

Fotograma de la película 'Megalodón 2: la fosa' Warner Bros Pictures
José Manuel Nieves

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Fue el mayor depredador en la historia de la Tierra. Llegó a medir hasta 24 metros de largo, más que un autobús, y con el doble de peso. Se llamaba Otodus megalodon, que significa 'diente grande', y en sus poderosas mandíbulas se alineaban ... hasta cinco filas de dientes del tamaño de una mano humana. Su mordida tenía la fuerza de una prensa hidráulica industrial y nadó por los océanos del mundo hace entre 20 y 3 millones de años, siempre a la caza de presas para satisfacer una demanda calórica descomunal. Se ha calculado, en efecto, que necesitaba alrededor de 100.000 kilocalorías al día, algo que, según se creía hasta ahora, probablemente conseguía a base de una dieta casi exclusiva de ballenas.

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