Las hay blancas, amarillas, marrones, rojas, azules e incluso negras. Pueden ser enanas, gigantes o supergigantes. Algunas parecen seguir la célebre frase de James Dean en 'Llamad a cualquier puerta': 'vive rápido, muere jóven y deja un bonito cadáver'. Otras se queman lentamente, durante incontables ... millones de años, ardiendo como brasas casi eternas al mismo tiempo que muchas de sus hermanas mueren violentamente como supernovas, las mayores explosiones de todo el Universo.
Pero todas tienen algo en común. Son estrellas, y su enorme variedad, como las razas humanas de la Tierra, puebla el Cosmos desde el principio de los tiempos. Hasta ahora, la estrella más grande jamás observada es UY Scuti, 1.700 veces mayor que el Sol. Si la pusiéramos en el centro del Sistema Solar, su perímetro llegaría hasta Saturno.
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