Observan el objeto más brillante del Universo, 500 billones de veces más luminoso que el Sol

Se trata de un cuásar a más de 12.000 de años luz de la Tierra. Su agujero negro central, con una masa de 17.000 millones de soles, devora el equivalente a una estrella al día

Resuelto, después de 60 años, el misterio del enorme poder de los cuásares

J059-4351, el objeto más brillante observado hasta la fecha ESO/M. Kornmesser

Un equipo internacional de astrónomos acaba de anunciar el hallazgo del objeto más luminoso jamás observado hasta ahora en el Universo. Se trata de un lejano cuásar, el núcleo activo de una galaxia muy lejana, que obtiene su energía de la voracidad de su ... enorme agujero negro central. Un agujero negro, por cierto, cuya masa equivale a la de 17.000 millones de soles.

Los investigadores, que han llevado a cabo su hallazgo con el Very Large Telescope (VLT) del Observatorio Europeo Austral (ESO), en Chile, explican que el agujero negro de este cuásar, llamado J0529-4351 y que se encuentra a 12.000 millones de años luz de distancia, devora el equivalente a un Sol por día, lo que hace de él, también, el agujero negro de más rápido crecimiento descubierto hasta la fecha. El estudio sobre este espectacular objeto acaba de publicarse en 'Nature Astronomy'.

Cifras de récord

Los cuásares brillan porque los agujeros negros centrales de sus galaxias son extremadamente activos, es decir, absorben la materia que los rodea a un ritmo muy elevado. Pero esa materia, antes de caer en las fauces del agujero negro y perderse para siempre, gira a su alrededor a velocidades que pueden acercarse a la de la luz, emitiendo destellos que son perfectamente visibles a enormes distancias. De hecho, los cuásares se encuentran entre los objetos más brillantes del cielo, y los astrónomos saben ya por experiencia que los más luminosos suelen indicar la presencia de los agujeros negros supermasivos más voraces.

«Hemos descubierto el agujero negro de más rápido crecimiento conocido hasta la fecha -explica Christian Wolf, astrónomo de la Universidad Nacional de Australia (ANU) y autor principal del estudio-. Tiene una masa de 17.000 millones de soles y 'come' algo más de un Sol por día. Esto lo convierte en el objeto más luminoso del universo conocido».

En su estudio, los investigadores revelan que la cantidad de energía emitida por el disco de materia en rotación es tal que el cuásar es más de 500 billones de veces más luminoso que el Sol. Un auténtico récord de brillo. «Toda esa luz -explica por su parte Samuel Lai, coautor del estudio- proviene de un disco de acreción caliente que mide siete años luz de diámetro. Debe ser el disco de acreción más grande del Universo». Para hacerse una idea de su tamaño, baste decir que siete años luz equivalen a unas 15.000 veces la distancia entre el Sol y Neptuno.

Oculto a plena vista

Sorprendentemente, este cuásar de récord se las arregló para ocultarse 'a plena vista' y no ser detectado hasta ahora por los astrónomos. «Es una sorpresa -señala Christopher Onken, otro de los coautores del artículo- que J0529-4351 no haya sido detectado hasta hoy, cuando ya conocemos alrededor de un millón de cuásares que son menos impresionantes. Literalmente, nos ha estado mirando a la cara hasta ahora». El objeto, dice el investigador, ya apareció en imágenes del Schmidt Southern Sky Survey de ESO que datan de 1980, pero no ha sido reconocido como un cuásar hasta ahora.

La búsqueda de cuásares requiere datos observacionales precisos de grandes áreas del cielo. Los conjuntos de datos resultantes son tan grandes que los investigadores a menudo utilizan modelos de aprendizaje automático para analizarlos y diferenciar los cuásares de otros objetos celestes. Pero eso tiene el inconveniente de que, al ser entrenados con datos ya existentes, estos modelos suelen reconocer solo los objetos que son similares a otros ya conocidos, lo que deja fuera a los que resultan excepcionales, como es el caso de este cuásar. De hecho, un reciente análisis automático de los datos del satélite europeo Gaia pasó por alto a J0529-4351 al considerarlo demasiado brillante para ser un cuásar. El sistema sugirió que se trataba de una estrella cercana.

Los científicos solo se dieron cuenta de su auténtica naturaleza el año pasado, y al descubrir que además era mucho más brillante de lo habitual, decidieron estudiarlo con el telescopio VLT, lo que les permitió medir sus extraordinarias propiedades.

El hallazgo podría arrojar nueva luz sobre algunos de los misterios del Universo primitivo, incluido el modo en que los propios cuásares se formaron y evolucionaron junto a sus galaxias anfitrionas.

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