Incertidumbre en torno a la Starliner de Boeing: la nave de los astronautas atrapados volverá al espacio, pero podría hacerlo vacía

Todo empezó el 5 de junio, cuando la denominada Prueba de Vuelo Tripulado (CFT) despegó con los los astronautas de la NASA Butch Wilmore y Suni Williams rumbo a la Estación Espacial Internacional (ISS) para una misión de aproximadamente 10 días. La Starliner llegó sana y salva al laboratorio orbital, pero sufrió fugas de helio en el sistema de propulsión y fallos en los propulsores durante el trayecto, por lo que la NASA extendió la estancia durante meses para estudiar los problemas.

Noticia Relacionada

La historia de Siny y Butch

Varados en el espacio

Judith de Jorge | Patricia Biosca

Finalmente, el 24 de agosto, la agencia decidió traer a casa la Starliner sin tripulación, lo cual ocurrió sin incidentes el 6 de septiembre en el desierto de Nuevo México. Williams y Wilmore fueron reasignados a la Crew-9, una misión de larga duración a la ISS para finalmente volver en una Crew Dragon de SpaceX. Después de nueve meses y medio, los astronautas volvieron para poner fin a su aventura; sin embargo, la incertidumbre en torno a la Starliner continúa.

«Sin duda, estamos analizando a Starliner con mucho cuidado», dijo Steve Stich, gerente del Programa de Tripulación Comercial de la NASA durante una conferencia de prensa tras el amerizaje de la Crew-9. «Estamos analizando el vehículo, el sistema de helio y tenemos algunos sellos candidatos que vamos a reemplazar. Realizaremos pruebas durante el verano en White Sands [una instalación de pruebas de la NASA en Nuevo México]».

La nave cuenta con cuatro cápsulas, cada una con 12 propulsores: cinco de la clase relativamente potente de «maniobra y control orbital» (OMAC) y siete propulsores del «sistema de control de reacción» (RCS), que se utilizan para ajustes más precisos, como los necesarios durante el acoplamiento.

Los problemas con los propulsores que experimentó Starliner durante la misión tripulada afectaron a los propulsores RCS: 5 de los 28 totales dejaron de funcionar durante la aproximación de Starliner a la ISS, aunque el equipo de la misión finalmente logró volver a poner en funcionamiento cuatro de ellos.

Las pruebas en tierra vincularon el problema de los propulsores RCS con el sobrecalentamiento: el hecho de que se encendiera en repetidas ocasiones parece calentar en exceso el recubrimiento, por lo que algunos de los sellos de teflón se abultan y esto afecta al flujo del propulsor. Esta teoría está dando forma a los ajustes que se harán en el diseño y las operaciones futuras de Starliner, según Stich.

Pero la NASA no quiere tomar riesgos y aún no se ha decidido si el próximo vuelo de Starliner, que aún se refleja en la web de la agencia espacial, transportará astronautas (que, de hecho, ya tienen nombres y apellidos: Mike Fincke y Scott Tingle, de la NASA, junto con Joshua Kutryk, de la Agencia Espacial Canadiense). «Es algo que se está barajando aún», indicó Stich.

La idea es que Starliner se convierta, junto con las Crew Dragon de SpaceX, en los vehículos de los astronautas a la NASA, y la intención de la agencia es certificar la nave para misiones tripuladas poco después de este próximo vuelo, si todo va bien. «Realmente necesitamos que Boeing implemente una rotación tripulada», dijo Stich. «El regreso de Butch y Suni en la Dragon, para mí, demuestra la importancia de tener dos sistemas de transporte de tripulación diferentes, la importancia de Starliner y la redundancia que estamos incorporando a los vuelos espaciales tripulados para nuestra economía de órbita baja terrestre».