Hace 14 millones de años una enorme ola de polvo y gas se 'tragó' al Sol y enfrió la Tierra
Durante el millón de años que duró el encuentro, el Sistema Solar estuvo dentro de la llamada 'Onda de Radcliffe', cuyas partículas de polvo oscurecieron la luz del Sol y las estrellas
El 'tsunami' más gigantesco de la Vía Láctea

En el Universo, todo está en perpetuo movimiento. Podemos comprobarlo con solo algo de paciencia, mirando hacia arriba durante el tiempo suficiente para que la luna se eleve en el cielo, o para que las estrellas cambien lentamente de posición. El Sistema Solar no ... es una excepción, y también viaja incansablemente a través del espacio. El Sol, con todos sus planetas a cuestas, gira alrededor del centro de la Vía Láctea, nuestra galaxia, una vez cada 230 millones de años. Y al hacerlo, se va encontrando con entornos muy diferentes: frías y densas nubes de gas interestelar, restos de antiguas supernovas, ondas gravitacionales generadas por alguna lejana colisión cósmica...
Y ahora, un equipo de investigadores dirigido por el astrofísico Efrem Maconi, de la Universidad de Viena, acaba de descubrir que, hace cerca de 14 millones de años, el Sistema Solar pasó a través de la llamada 'Onda de Radcliffe', una enorme y alargada región repleta de nubes de polvo y gas (zonas de activa formación estelar), identificada en 2020, tan densa que podría haber llegado a 'empañar' la visión del cielo nocturno en la Tierra e incluso dejar rastros en el registro geológico. El hallazgo se acaba de publicar en 'Astronomy & Astrophysics'.
Cruce de caminos
La Onda de Radcliffe, en cuyo interior se encuentran los conocidas 'semilleros de estrellas' de Orión, Tauro y Perseo, adopta la forma de una masiva y serpenteante estructura que mide casi 9.000 años luz y que se encuentra solo a 400 años luz de nosotros.
Utilizando datos del ya retirado telescopio espacial europeo Gaia, que durante años midió la posición, la velocidad y la dirección de mil millones de estrellas de nuestra galaxia, Maconi y su equipo identificaron hasta 56 grupos de estrellas recientemente formadas en la Onda de Radcliffe, junto con las nubes de polvo y gas en las que nacieron.
De este modo, y utilizando esas estrellas para entender cómo se mueve la ola en su conjunto, los investigadores pudieron averiguar la ubicación histórica de las nubes. También calcularon la trayectoria seguida por el Sistema Solar durante los últimos 30 millones de años, y descubrieron que los 'caminos' de nuestro Sol y de la Onda de Radcliffe se cruzaron en algún momento entre hace 15 y 12 millones de años. Lo cual, además, coincide con un importante cambio climático en la Tierra.
Estimar con exactitud cuánto duró este 'encuentro' resulta difícil, pero Maconi está convencido de que, hace 14 millones de años, el Sistema Solar estaba completamente dentro de la ola, y que tardó cerca de un millón de años en atravesarla. Tiempo durante el cual, explica el investigador, habría disminuido la cantidad de luz solar que normalmente recibe la Tierra. «Si estamos en una región más densa del medio interestelar -explica el científico a 'New Scientist'-, eso significaría que la luz que viene de las estrellas será más tenue. Sería como estar en un día con niebla».
Rastros en el registro geológico
Según el estudio, mientras el Sistema Solar atravesaba la Onda de Radcliffe se habrían podido depositar en la Tierra determinados isótopos radiactivos, dejando así una evidencia en el registro geológico aunque, dado el tiempo transcurrido, sería algo difícil de medir. Una pista potencial sería la presencia de hierro-60, un raro isótopo radiactivo que se origina en las supernovas. Si los científicos lograran detectar un aumento en los depósitos de hierro-60 en esa época, sería como tener una 'huella dactilar cósmica' del paso del Sistema Solar a través de la ola. Pero, aparte de eso, ¿tuvo aquel encuentro espacial alguna consecuencia directa en la historia de nuestro planeta?
Hacia una era glacial
Resulta difícil de decir, pero se da la circunstancia de que, hace precisamente 14 millones de años, el clima de la Tierra se enfrió drásticamente, dejando atrás el anterior periodo cálido y tropical que se conoce como 'óptimo climático del Mioceno Medio'. Los hielos polares se expandieron y las temperaturas se desplomaron, y Maconi y sus colegas creen que la mayor afluencia del polvo interestelar de la Onda Radcliffe pudo tener que ver con ese cambio.
«Imagínelo como un barco que navega a través de diferentes condiciones en el mar -explica Maconi-. A medida que el Sistema Solar pasaba por esta región, su entorno más denso pudo haber comprimido la burbuja protectora del Sol, la heliosfera. Con el escudo del Sol debilitado, el polvo interestelar y la radiación cósmica podrían haber alcanzado más fácilmente la atmósfera de la Tierra. Una alteración sutil en el equilibrio de radiación del planeta que podría haber contribuido al enfriamiento global».
En otras palabras, durante cerca del millón de años que duró nuestro tránsito a través de la Onda Radcliffe, una cantidad inusitada de polvo estelar en la atmósfera podría haber bloqueado parte de la radiación solar, acelerando así el proceso de enfriamiento del planeta. Una hipótesis, sin embargo, que necesita más investigación antes de confirmarse.
En cualquier caso, la idea de que determinados 'encuentros interestelares' puedan haber influido en la historia de la Tierra goza cada vez de más aceptación entre los científicos. Y también está el hecho de que la Onda Radcliffe, descubierta hace apenas cinco años, todavía está revelando sus secretos.
MÁS INFORMACIÓN
«Somos habitantes de la Vía Láctea -dice el astrofísico João Alves, también de la Universidad de Viena y coautor del estudio-. La misión Gaia de la Agencia Espacial Europea nos ha dado los medios para rastrear nuestra ruta reciente en el mar interestelar de la galaxia, lo que permite a los astrónomos comparar notas con geólogos y paleo climatólogos. Es algo muy emocionante». Una colaboración, desde luego, que está empezando a dar sus primeros frutos.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete