El James Webb, desbordado: solo una de cada nueve peticiones de uso podrá ser aceptada
En el tercer ciclo de presentación y revisión de propuestas, se han recibido 1.931 solicitudes de tiempo de uso del telescopio espacial, algo nunca visto hasta ahora. La inmensa mayoría de ellas se rechazará
No, el James Webb aún no ha encontrado vida, pero...
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Iniciar sesiónAstrónomos de todo el mundo se reunieron hace unos días en el Instituto Científico del Telescopio Espacial (STScI) en Baltimore, Maryland, con un objetivo muy claro: revisar las últimas propuestas de investigación para el Telescopio Espacial James Webb. Y se encontraron, ni más ni ... menos, que con 1.931 propuestas diferentes, la mayor cantidad nunca recibida para cualquier telescopio que haya existido. Para cuando los revisores publiquen sus decisiones, a finales de este mismo mes de febrero, sólo a una de cada nueve propuestas se le habrá asignado tiempo de uso del telescopio más solicitado del mundo.
Por supuesto, esta enorme demanda es un indicativo del enorme éxito de un observatorio espacial que no deja de sorprender a los astrónomos con las galaxias más antiguas vistas hasta ahora, enormes agujeros negros cerca del origen del Universo, prometedoras atmósferas en exoplanetas lejanos y un sin fin de otras capacidades que lo convierten en un 'objeto del deseo' para los cientificos. Pero también significa que, irremediablemente, muchos proyectos de investigación se van a quedar fuera.
«La abrumadora mayoría de las propuestas JWST presentadas son muy buenas -dice a la revista 'Nature' Grant Tremblay, astrónomo del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica en Cambridge, Massachusetts-, vale la pena realizarlas y absolutamente deberían realizarse si el tiempo lo permite. Pero la mayoría de ellas serán rechazadas«.
Uno de cada nueve
Los usos que se solicitan van de unos pocos minutos para proyectos sencillos a cientos de horas para observaciones muy complejas. Al solicitarlo, los investigadores saben que entran en una dura competencia, agravada por el hecho de que un porcentaje de la disponibilidad del James Webb está reservado para los científicos y agencias espaciales que ayudaron a construir el telescopio.
El que acaba de empezar ahora es el tercer ciclo de presentación y revisión de propuestas para el telescopio. Durante el primero, el STScI, que es el organismo que opera el JWST, recibió 1.084 solicitudes, y los revisores dieron luz verde a una de cada cinco. Durante el segundo ciclo de revisión, las solicitudes aumentaron aproximadamente un 35% y la tasa de aceptación se redujo a una de cada siete. En este tercer ciclo, solo uno de cada nueve proyectos podrá ser aceptado.
Según explica Christine Chen, líder del grupo del STScI que publica las convocatorias de propuestas, las solicitudes para el primer ciclo debían presentarse incluso antes del lanzamiento del telescopio, de modo que muchos astrónomos prefirieron no dedicar energía a escribir propuestas para un instrumento que podría no funcionar después. «Pero a medida que ha pasado el tiempo, Webb ha tenido un desempeño tan maravilloso que a la gente le resulta cada vez más fácil imaginar cómo podrá hacer avanzar su ciencia con él. Es natural que la comunidad esté entusiasmada».
Aún así, la demanda de uso del JWST no tiene precedentes en la Astronomía y ha superado con creces a la de otro de los 'grandes', el Telescopio Espacial Hubble, su insigne predecesor, que ya ha cumplido los 33 años de servicio. También la demanda de uso del Hubble ha sido (y sigue siendo) muy alta, pero durante la mayor parte de su vida útil los revisores han podido aprobar entre una de cada cuatro y una de cada seis de las propuestas presentadas.
Capacidades exclusivas
Una de las razones de la tremenda popularidad del JWST es que tiene capacidades que otros telescopios no tienen. Por ejemplo, se trata del telescopio espacial infrarrojo más potente jamás construido, por lo que puede observar tanto objetos en el Universo muy distante como escanear las atmósferas de exoplanetas en busca de moléculas que otros instrumentos no pueden ver. De hecho, la especificidad de una propuesta para JWST es uno de los criterios de los revisores. Según Chen, si la observación solicitada se puede realizar con otro telescopio, es casi seguro que no será aceptada: «Queremos ejecutar proyectos que no se pueden realizar de otra manera», dice la investigadora.
Otra particularidad es que la mayor parte de las propuestas de uso del telescopio rechazadas vuelven a presentarse en la siguiente convocatoria, a menudo bajo la indicación de los propios revisores. A Tremblay, por ejemplo, se le rechazó una propuesta durante el primer ciclo del JWST, pero esa propuesta, con algunas modificaciones, fue aceptada en el segundo.
La avalancha de propuestas, por último, supone también un problema para los propios revisores, que son voluntarios y que se ven obligados a dedicar cada vez más tiempo a examinar los proyectos candidatos de sus colegas. Para muchos, el proceso de revisión actual no podrá aguantar durante mucho más tiempo. Otros instrumentos exitosos, como el telescopio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), instalado en el norte de Chile y que ostentaba el récord de solicitudes de uso hasta la llegada del Webb (1.838 solicitudes en el ciclo de revisión de 2018), han implementado sistemas alternativos. En concreto, han pasado a un sistema de 'revisión por pares' que obliga a los propios solicitantes a dedicar tiempo para revisar propuestas de otros grupos, so pena de ver rechazada su propia solicitud.
MÁS INFORMACIÓN
Sea como fuere, y veamos las maravillas que veamos gracias al James Webb, entristece mucho pensar que la inmensa mayoría de los proyectos jamás verá la luz. Habrá que esperar a que empiecen a funcionar otros instrumentos de igual valía, algunos ya en construcción, para que más científicos tengan la oportunidad de utilizarlos.
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