¿Es la inteligencia una rareza cósmica o el resultado natural de la evolución planetaria?
Un nuevo modelo sugiere que, después de todo, la aparición de vida inteligente podría no ser algo tan improbable como se pensaba
Los extraterrestres no nos llaman porque... no ven signos de inteligencia en la Tierra

El hecho de que seamos la única especie de la Tierra capaz de construir ordenadores y naves espaciales nos hace pensar que la humanidad es algo, si no único, sí por lo menos extraordinariamente raro. Opinión que se refuerza por nuestra aparente soledad en el ... Universo: pese a nuestros esfuerzos, no conseguimos encontrar a nadie más con un nivel similar de inteligencia. ¿Somos, pues, una improbable excepción cósmica difícilmente repetible?
Un nuevo modelo sobre cómo se desarrolló la vida inteligente en la Tierra acaba de concluir que no. Y no solo eso, sino que propone que la aparición de los humanos, igual que la de otras especies inteligentes más allá de nuestro planeta, es algo prácticamente inevitable, una consecuencia lógica de la evolución biológica y planetaria. El trabajo, recién publicado en 'Science Advances', cambia por completo nuestra forma de entender la evolución y plantea nuevas y fascinantes posibilidades sobre la existencia de vida en otros lugares del Universo.
La teoría de los 'pasos difíciles'
Durante décadas, la llamada teoría de los 'pasos difíciles' ('hard steps'), propuesta por el físico teórico Brandon Carter en 1983, ha sugerido que la aparición de vida inteligente es un evento increíblemente improbable, casi un golpe de suerte cósmico. La teoría se basa en la enorme cantidad de tiempo (alrededor de 4.000 millones de años) que tardaron los humanos en aparecer en la Tierra en relación con la vida útil total del Sol, lo que implica que la probabilidad de seres similares a nosotros más allá de nuestro propio planeta es extremadamente baja. En otras palabras, para Carter la existencia de la Humanidad constituye un auténtico 'milagro' estadístico.
Ahora, sin embargo, el estudio llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Pensilvania propone una perspectiva radicalmente distinta. Su modelo, en efecto, sugiere que la evolución de la vida compleja, incluida la inteligencia humana, no es tan improbable como se creía. Y que en lugar de una serie de eventos fortuitos, la aparición de la Humanidad podría ser el resultado natural de la interacción entre la vida y su entorno, un proceso que se desarrolla a escala planetaria.
«Este es un cambio significativo en la forma de pensar en la historia de la vida -afirma Jennifer Macalady, coautora del artículo- y sugiere que la evolución de la vida compleja puede tener menos que ver con la suerte y más con la interacción entre la vida y su entorno, lo que abre nuevas y emocionantes vías de investigación en nuestra búsqueda para comprender nuestros orígenes y nuestro lugar en el Universo».
Ventanas de habitabilidad
La clave de esta nueva interpretación reside en la idea de 'ventanas de habitabilidad'. Los investigadores argumentan que la Tierra primitiva no era un lugar acogedor para muchas formas de vida. Y que las condiciones ambientales, como la cantidad de oxígeno en la atmósfera, la temperatura de la superficie del mar, la salinidad del océano o la disponibilidad de nutrientes, resultan cruciales para el desarrollo de la vida compleja. Tomemos como ejemplo el oxígeno. Los animales complejos, como los humanos, necesitan una cierta cantidad de oxígeno en la atmósfera para sobrevivir. Por eso, la oxigenación de la atmósfera terrestre, un proceso impulsado por microorganismos fotosintéticos y bacterias, fue sin duda un paso evolutivo fundamental para el planeta. En la interpretación de los investigadores, esta oxigenación creó una 'ventana de habitabilidad' que permitió el desarrollo de las formas de vida más recientes, incluida la humana.
Para Dan Mills, de la Universidad de Múnich y autor principal del artículo, «la vida inteligente no requiere necesariamente de una serie de golpes de suerte para existir. Los humanos no evolucionaron 'temprano' o 'tarde' en la historia de la Tierra, sino 'a su tiempo', cuando las condiciones ya estaban dadas. Por eso, tal vez sea solo cuestión de tiempo, y tal vez otros planetas puedan alcanzar esas condiciones más rápidamente que la Tierra, mientras que otros planetas podrían tardar aún más».
¿Pocas o muchas civilizaciones?
La predicción central de la teoría de los 'pasos difíciles' establece que existen muy pocas, si es que hay alguna, civilizaciones inteligentes en todo el Universo, porque los pasos necesarios para llegar a ellas, como el origen de la vida, el desarrollo de células complejas o la aparición de la inteligencia humana, son altamente improbables. La idea se basa en que la vida inteligente en la Tierra surgió relativamente tarde, cuando el Sol ya tenía alrededor de 5.000 millones de años, es decir, cuando estaba ya en la mitad de su existencia (que se estima en 10 mil millones de años). Lo cual es un lapso temporal extraordinariamente largo.
Sin embargo, el nuevo estudio propone que el momento de los orígenes humanos se puede explicar por la apertura secuencial de 'ventanas de habitabilidad' a lo largo de la historia de la Tierra, impulsadas por cambios ambientales clave. Así, y en lugar de utilizar la vida útil del Sol como referencia, los investigadores sugieren utilizar una escala de tiempo geológico, es decir, el tiempo que tarda la atmósfera y el paisaje en cambiar hasta llegar a las condiciones idóneas.
Jason Wright, otro de los coautores del artículo, señala que la teoría de los pasos difíciles ha prevalecido durante tanto tiempo porque se originó en la astrofísica, el campo que trata de comprender la formación de planetas y sistemas celestes. Este nuevo estudio, sin embargo, es el resultado de una colaboración entre físicos y geo biólogos, y une diferentes disciplinas para crear una imagen más completa de cómo evoluciona la vida en un planeta como el nuestro.
«Este artículo -asegura Macalady- es el acto más generoso de trabajo interdisciplinario. Nuestros campos estaban muy separados, y los pusimos en la misma página para llegar a esta pregunta de cómo llegamos aquí y si estamos, o no, solos. Había un abismo, y nosotros construimos un puente».
Probar el nuevo modelo
Ahora, los investigadores planean poner a prueba su modelo alternativo, incluyendo cuestionar el estatus único de los 'pasos difíciles' evolutivos. Para ello, sugieren proyectos de investigación como la búsqueda de biofirmas, por ejemplo el oxígeno, en las atmósferas de planetas fuera de nuestro Sistema Solar. Y también proponen poner a prueba los requisitos para que se den los 'pasos difíciles' y determinar la dificultad que realmente tienen, algo que puede lograrse estudiando formas de vida uni y multicelulares bajo distintas condiciones ambientales específicas.
Más allá de los futuros proyectos, el equipo sugiere que la comunidad científica internacional investigue si las innovaciones, como el origen de la vida, la fotosíntesis oxigénica, las células eucariotas, la multicelularidad animal y Homo sapiens, son eventos verdaderamente únicos en la historia de la Tierra. Es decir, ¿podrían haberse dado innovaciones similares en el pasado, pero la evidencia de que ocurrieron se perdió debido a la extinción u otros factores?
«Esta nueva perspectiva -dice Wright- sugiere que el surgimiento de la vida inteligente podría no ser algo tan lejano después de todo. Y que en lugar de una serie de eventos improbables, la evolución sea más un proceso predecible, que se desarrolla a medida que las condiciones globales lo permiten. Nuestro marco se aplica no solo a la Tierra, sino también a otros planetas, lo que aumenta la posibilidad de que exista vida similar a la nuestra en otros lugares».
MÁS INFORMACIÓN
Se trata, pues, de un profundo cambio de paradigma que tiene implicaciones profundas en la búsqueda de vida extraterrestre. De hecho, si la vida inteligente es un resultado natural de la evolución planetaria, entonces la probabilidad de encontrar vida en otros lugares del Universo aumenta significativamente. La búsqueda de biofirmas en exoplanetas y la investigación de la habitabilidad planetaria se vuelven aún más relevantes en este nuevo contexto. La gran pregunta, por lo tanto, ya no es si existe vida en otros lugares, sino más bien, ¿cuándo y dónde la encontraremos?
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete