Doscientas veces mayor del que acabó con los dinosaurios: el impacto de un gigantesco meteorito ayudó a florecer a la vida en la Tierra
Sucedió hace 3.260 millones de años y aportó a los océanos elementos esenciales para los microorganismos que entonces poblaban el planeta
Cómo los dinosaurios sobrevivieron a un 'apocalipsis' helado y comenzaron su reinado

La historia de la vida en la Tierra está marcada por una serie de episodios violentos que, de un plumazo, cambian por completo las reglas de supervivencia en el planeta. Episodios altamente destructivos (asteroides, erupciones volcánicas, cambios en el clima) entre los que ... median largos periodos de tiempo 'tranquilos' en los que la vida evoluciona lentamente.
Cada uno de esos episodios violentos, sin excepción, diezma las formas de vida presentes, pero al mismo tiempo crea las condiciones ideales para que otros organismos prosperen. Así ha sido desde el principio de los tiempos, y así se pasó de un mundo dominado por células procariotas (sin un núcleo bien definido), a las eucariotas, de las que todos estamos hechos. Igual que se pasó, mucho después, del reinado de los grandes reptiles al de los dinosaurios, y más tarde del de los dinosaurios al de los mamíferos.
Ahora, un equipo de investigadores dirigido por científicos de las universidades de Harvard y Stanford acaba de descubrir que hace más de 3.000 millones de años, cuando la Tierra era aún muy joven, la devastación del impacto de un meteorito gigante pudo haber sido la causa que permitió que floreciera la vida. El estudio se acaba de publicar en 'Proceedings of National Academy of Sciences' (PNAS).
200 veces mayor que el de los dinosaurios
Para llegar a esa conclusión, los investigadores analizaron los restos de un impacto de hace 3.260 millones de años. Un impacto causado por un meteorito entre 50 y 200 veces mayor del que acabó con los dinosaurios, pero que benefició a la vida microbiana, la única presente en el planeta en aquellos momentos. De hecho, y tras la tremenda destrucción generada por el impacto, tanto el meteorito como el monstruoso tsunami que le siguió liberaron y propagaron una gran cantidad de nutrientes que eran esenciales para aquellos microorganismos.
«No sólo encontramos que la vida tiene resiliencia porque aún había evidencia de vida después del impacto -afirma Nadja Drabon, de la Universidad de Harvard y autora principal del artículo-. De hecho, creemos que hubo cambios en el medio ambiente que fueron realmente fantásticos para la vida».
El impacto en cuestión tuvo lugar en el llamado 'Eón Arcaico', hace entre 4.000 y 2.500 millones de años y en el lugar en el que hoy se encuentra Sudáfrica. En aquellos momentos, toda la región era un entorno marino poco profundo y actualmente es una de las pocas partes del mundo donde es posible encontrar rocas tan antiguas.
La pruebas de la catástrofe
En ellas, los investigadores encontraron las clásicas esférulas, pequeñas cuentas de vidrio que se forman cuando el calor del impacto de un meteorito derrite rocas ricas en sílice. Y también vieron conglomerados, rocas hechas de trozos de otras rocas y que constituyen la prueba del monstruoso tsunami que se extendió por todo el planeta, desgarrando el fondo marino y aplastando las rocas hasta unirlas.
La química de las rocas, por último, reveló a los investigadores la composición del propio meteorito, que era un tipo de roca espacial llamada 'condrita carbonosa'. Su diámetro, según el estudio, estuvo entre los 37 a los 58 km.
El tremendo impacto no solo causó un tsunami de escala planetaria, sino que también lanzó al aire una cantidad de polvo suficiente para tapar el Sol durante años enteros. Los minerales evaporados por las tremendas temperaturas de la colisión, además, calentaron la atmósfera lo suficiente como para hacer hervir las capas superiores de los océanos. «Habría sido desastroso para cualquier forma de vida tanto en tierra como en aguas poco profundas», dice Drabon.
Pero las cosas se fueron calmando, y apenas unas décadas después de la tragedia la vida ya había regresado, y con más fuerza que nunca. ¿La razón? Según los autores del estudio, la abundancia de nutrientes y otros elementos cruciales para la vida liberados por el propio impacto, el primero de ellos el fósforo, un mineral esencial y que probablemente escaseaba en los océanos de hace 3.260 millones de años. Hoy en día el fósforo llega al mar gracias a la erosión de las rocas continentales, pero durante el Arcaico la Tierra era, fundamentalmente, un mundo de agua, salpicado por islas volcánicas y pequeños continentes. Y, según el estudio, una condrita carbonosa del tamaño de la que cayó en ese momento habría contenido cientos de gigatoneladas de fósforo, que pasó directamente a estar disponible en los océanos.
El segundo elemento esencial liberado por el meteorito fue el hierro, que en aquellos momentos era abundante en los fondos oceánicos profundos de la Tierra, aunque no en los mares superficiales. Pero el tsunami causado por el meteorito revolvió y agitó con violencia los océanos, y arrancó capas y capas de sus fondos, llevando el preciado metal hasta aguas mucho menos profundas. Según los investigadores las rocas rojizas halladas en las capas superiores del impacto atestiguan ese cambio fundamental en el medio ambiente.
El estudio, por tanto, está ayudando a explicar cómo la vida pudo empezar a florecer en un planeta joven y sujeto a brutales agresiones espaciales. El registro geológico, de hecho, muestra que meteoritos más grandes del que extinguió a los dinosaurios (que tenía unos 11 km de diámetro) golpeaban la Tierra primitiva por lo menos una vez cada 15 millones de años. La vida microbiana resistía, pero no solo eso. Según Drabon y sus colegas, esos impactos pudieron ir 'modelando' la evolución de la vida a medida que se iban produciendo.
MÁS INFORMACIÓN
«Gracias a la extinción de los dinosaurios -añade la investigadora-, los mamíferos pudieron prosperar, y sin eso, ¿quién sabe si estaríamos aquí?. Los impactos arcaicos pueden haber tenido efectos igualmente decisivos sobre los tipos de microbios que florecieron y los que desaparecieron.Cada impacto tiene efectos negativos, pero también otros efectos positivos».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete