Astrónomos se retractan tras confundir el Tesla lanzado al espacio por Elon Musk con un nuevo asteroide

Hasta aquí, nada que se salga de la rutina del MPC. Pero menos de 17 horas después, el centro rectificaba. En lo que denominaron un aviso editorial, anunciaban que eliminaban a 2018 CN41 de sus registros porque no era precisamente un asteroide. Lo habían confundido. Era un Tesla, un Tesla Roadster descapotable rojo.

El vehículo fue lanzado al espacio desde el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral (Florida, EE.UU.) en febrero de 2018 por SpaceX, compañía de Elon Musk, para poner a prueba su nuevo cohete Falcon Heavy, el más poderoso desde los Saturno V del programa Apolo de la NASA y parcialmente reutilizable. El automóvil, conducido por un maniquí denominado 'Starman', pretendía dirigirse hacia la órbita de Marte, algo que nunca alcanzó, pero desde luego sí consiguió llamar la atención de todo el mando. Era el primer coche lanzado al espacio, lo que supuso una publicidad fuera de serie para Tesla.

El descapotable se encuentra en una órbita elíptica que le permite completar una vuelta alrededor del sol cada 557 días. Podría seguir así decenas de millones de años si la gravedad no le acerca demasiado a Venus o la Tierra, estallando en su atmósfera.

Según la web whereisroadster.com, que se dedica a seguir la trayectoria del vehículo, el coche se sitúa actualmente a 384.803.421 kilómetros de la Tierra, alejándose del planeta a una velocidad de 10.660 km por hora (2,96 km por segundo).

El Tesla ha superado su garantía casi cien mil veces mientras se desplaza alrededor del Sol. Si la batería todavía funciona, Starman habría escuchado Space Oddity casi 700.000 veces desde su lanzamiento. Además, el estéreo habría reproducido la 'Guía del autoestopista galáctico' de Douglass Adams más de 10.400 veces.

El deportivo no supone un gran aporte para la ciencia -más bien ha servido para confundirla- pero sí fue un potente reclamo publicitario y un testimonio material de la fortaleza de su cohete Falcon Heavy. Los investigadores también creen que el vehículo podría llevar la carga más grande de bacterias que haya salido jamás más allá de las atmósfera. Esos microorganismos podrían estar latentes. dado que el Tesla nunca tuvo la intención de aterrizar, no se limpió antes del despegue.