La vida pudo surgir en la Tierra en antiguas islas, salpicadas en un enorme océano global
Demuestran que, hace cerca de 4.000 millones de años, mucho antes de que se formaran los continentes, pudieron surgir islas en el océano global que cubría toda la Tierra

Los esfuerzos para comprender cómo y dónde se originó la vida en la Tierra continúan. Y ahora una nueva hipótesis, basada en sólidos datos geológicos, parece apoyar la idea de que los primeros seres vivos surgieron en las cálidas balsas de aguas superficiales que ... debieron existir en las antiguas islas que, mucho antes de que se formaran los continentes, salpicaban un vasto y único océano planetario.
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Las formas confirmadas de vida más antiguas de la Tierra tienen una edad de cerca de 3.500 millones de años, apenas mil millones de años después de que nuestro planeta se formara. Se han encontrado también rastros de vida más antiguos, en rocas de hace 3.700 y 3.950 millones de años, y aunque estos especímenes son controvertidos, apoyan la idea de que la vida se desarrolló en nuestro mundo muy pronto , apenas algo después de que se desarrollaran la atmósfera y los océanos.
El «milagro»
Lo cierto es que el origen mismo de la vida está sujeto a controversias científicas y, a día de hoy, se ignora cómo exactamente pudo producirse el «milagro». Sabemos que, por lo menos en nuestro planeta, la vida necesita basarse en «bloques de construcción básicos», moléculas como aminoácidos y nucleótidos, que puedan reaccionar químicamente para formar moléculas más complejas, como proteínas, ADN y ARN. Esa transición de bloques simples de construcción a largas cadenas moleculares se llama polimerización , y para que ocurra se necesitan temperaturas cálidas y unas condiciones muy específicas.
¿Pero dónde se daban en la Tierra esas condiciones hace cerca de 4.000 millones de años? Algunos investigadores creen que las primeras formas de vida microbiana surgieron al abrigo de chimeneas hidrotermales submarinas , que reúnen todo lo necesario para que la polimerización se produzca.
Otros, por el contrario, sostienen que esas cálidas chimeneas en los fondos oceánicos desprenden demasiado calor para que se produzca una polimerización eficaz, que de todas formas sería más difícil en un entorno submarino. Por ello, estos investigadores creen que la vida, más bien, debió de surgir en la superficie, en estanques naturales poco profundos y calentados por energía geotérmica.
Sin embargo, para que la hipótesis de las balsas de agua caliente funcione, es necesaria la existencia de tierra sólida, sin la que esos estanques no tendrían dónde situarse. Y ahí, precisamente, es donde encaja un nuevo estudio, publicado hace apenas unos días en Nature Geoscience , en el que los geólogos Jun Korenaga, de la Universidad de Yale, y Juan Carlos Rosas, del Centro Ensenada de Investigación Científica y Educación Superior, en México, tratan de arrojar luz sobre la topografía de la Tierra durante la era Arcaica, un largo periodo que se extiende desde hace 4.000 hasta hace 2.500 millones de años. ¿Había o no tierra sólida en nuestro planeta antes de que se formaran los continentes?
Montes submarinos
Para averiguarlo, los investigadores construyeron un modelo informático para recrear las condiciones de la Tierra primitiva. Se sabe que, en la actualidad, nueva corteza terrestre se forma continuamente a ambos lados de las dorsales oceánicas, enormes cordilleras submarinas donde las rocas fundidas del manto terrestre emergen de las profundidades y se van desplazando, empujadas por las nuevas rocas que van llegando hasta la superficie. A medida que la nueva corteza se aleja de su punto de origen, se enfría y se contrae, volviéndose más densa.
Al mismo tiempo, sin embargo, las fuentes de calor interno de la Tierra tienden a empujar hacia arriba a la nueva corteza, en ocasiones elevándola hasta la superficie oceánica. Durante el periodo Arcaico, ese calentamiento era mucho más fuerte que en la actualidad, lo cual significa que la nueva corteza era empujada hacia arriba incluso mientras se enfriaba y se contraía. Y eso pudo haber llevado a que los montes submarinos, que tienden a ser circulares, se elevaran por encima del nivel del mar, formando islas.
El hallazgo sugiere, por lo tanto, que podría haber existido tierra firme en nuestro planeta mucho tiempo antes de que se formaran los primeros continentes . Según Korenaga, «la hipótesis de los estanques de agua caliente tiene una base geológica muy sólida».
Por supuesto, eso no significa necesariamente que la hipótesis sea correcta, pero sí que las balsas de agua caliente no se pueden descartar como punto de origen de la vida basándose únicamente en la geología. El escenario de un océano global salpicado por islas hace cerca de 4.000 millones de años, pues, podría haber sido testigo de la aparición de los primeros seres vivos de nuestro planeta.
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