Próxima b, el planeta más cercano, golpeado por una tormenta solar sin precedentes
El análisis de esta tormenta solar, ocurrida en 2019, ayudará a averiguar si los mundos alrededor de enanas rojas pueden o no albergar vida
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónHace dos años, en 2019, Próxima Centauri , la estrella más cercana al Sol, registró un intenso episodio de violenta actividad. No es algo extraño para este tipo de estrellas, pero en esta ocasión la pequeña enana roja se desató. De hecho, sorprendió a ... todos con una erupción de tal furia e intensidad que pulverizó todos los registros anteriores. Ni siquiera nuestro Sol, mucho más grande y brillante, tendría fácil superar la magnitud de ese evento, cuyo análisis detallado acaba de aparecer en un artículo publicado en ' The Astrophysical Journal Letters '.
Próxima Centauri es ocho veces menos masiva que el Sol y su luminosidad es apenas un 0,17% de la que exhibe nuestra estrella, pero su densidad es unas cuarenta veces mayor. Se trata de una enana roja de tipo M, una población estelar a la que pertenecen, ni más ni menos, que el 80% de las estrellas de nuestra galaxia .
Se da, además, la circunstancia de que la mayor parte de los planetas similares a la Tierra descubiertos hasta ahora orbitan, precisamente, alrededor de enanas rojas. Y Próxima Centauri no es una excepción, ya que a su sistema pertenece Próxima B , el exoplaneta más cercano a la Tierra que pueda existir (no hay estrellas más cerca), a solo 4,2 años luz de distancia . Las similitudes de este planeta con la Tierra, incluida la posible presencia de agua, han llevado a los astrónomos a preguntarse si en Próxima b podría haber vida. Con opiniones tanto a favor como en contra de esta posibilidad, la cuestión permanece, sin embargo, abierta.
Por eso los científicos tratan de comprender lo mejor posible los mecanismos que rigen el comportamiento de esta clase de estrellas, algo de vital importancia para averiguar si sus planetas son, o no, capaces de dar sustento a la vida . Las frecuentes erupciones solares, por una parte, son capaces de esterilizar las superficies de los planetas y terminar con cualquier forma incipiente de vida. Pero la extrema longevidad de las enanas rojas, por otra, da a sus mundos el tiempo necesario para que la vida surja y se desarrolle de una forma similar a como lo hizo en la Tierra. ¿Quién tiene razón?
El reducido brillo y tamaño de nuestra 'vecina de al lado', como hemos visto, no significa que se trate de un lugar tranquilo. Muy al contrario, y como hacen la mayoría de las enanas rojas, Próxima Centauri ofrece periódicamente una impresionante exhibición de radiación, derramando intensas corrientes de plasma a su alrededor y bañando cada poco tiempo con ellas al mundo que la rodea.
En general, esta violenta actividad periódica constituye una pésima noticia para los planetas en órbita de esta clase de estrellas, especialmente para los que tiene más cerca. De hecho, hace muy difícil que cualquier forma de química orgánica compleja en la superficie de esos mundos haya conseguido permanecer durante el tiempo suficiente como para que la vida surja.
Debido a su cercanía a nosotros, Próxima Centauri es el mejor de los candidatos que tenemo s para estudiar a las enanas rojas. Y en 2019 los astrónomos lograron, por primera vez, coordinar a nueve de los mayores telescopios de todo el mundo (entre ellos el SKA australiano y el telescopio Alma en Chile) para observar la estrella en múltiples frecuencias, desde la radio a rayos X , durante una maratoniana sesión de 40 horas de duración.
En palabras de la astrofísica Meredith MacGregor , de la universidad de Colorado en Boulder y primera firmante del artículo, «Es la primera vez que hemos tenido este tipo de cobertura de múltiples longitudes de onda de una fulguración estelar. Por lo general, tienes suerte si puedes conseguir dos instrumentos al mismo tiempo».
Desde luego, en esta ocasión la suerte estuvo de parte de los astrónomos, ya que no solo cinco de los instrumentos pudieron ver la mayor llamarada observada hasta ahora en el sistema de Próxima Centauri, sino que la firma de la erupción fue lo suficientemente rara como para indicar que estaban asistiendo un tipo de evento solar totalmente nuevo y desconocido.
A pesar de que en 2016 ya se había captado una llamarada similar (técnicamente incluso más grande, ya que la estrella se volvió hasta 14.000 veces más brillante en el lapso de unos pocos segundos ), en esta ocasión la actividad se produjo en gran parte en longitudes de onda que no pueden observarse en el rango visible, como en las zonas de ultravioleta y de radio del espectro. Algo, por cierto, totalmente inesperado.
«En el pasado -dice MacGregor- no sabíamos que las estrellas podían lanzar destellos en un rango milimétrico , por lo que es la primera vez que buscamos ahí». A partir de ahora, dicen los investigadores, habrá que afinar los instrumentos para que en futuras búsquedas se tengan en cuenta también estas longitudes de onda.
«Probablemente -prosigue MacGregor- habrá más tipos de llamaradas extrañas que demuestren diferentes tipos de física en los que no habíamos pensado hasta ahora».
Muy pronto, esta clase de estudio podrá dirimir la cuestión de la habitabilidad de los planetas que orbitan a enanas rojas. Aunque si la vida ha conseguido arraigar en ellos, sin duda tendrá características bien diferentes de la que puede desarrollarse alrededor de estrellas amarillas como el Sol.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete