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Podrían haber resuelto uno de los mayores misterios del Sol: el calor infernal de la corona solar

Unas pequeñas erupciones, llamadas nanollamaradas, podrían explicar por qué la zona más exterior de la atmósfera solar está a millones de grados mientras que la superficie está mucho más fría

En los recuadros, primeros planos de los bucles brillantes estudiados. El de la derecha es el marco más ampliado que capta la erupción de la posible nanollamarada NASA
Patricia Biosca

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Uno de los mayores enigmas de nuestro Sol es por qué su atmósfera está a millones de grados y su superficie a «tan solo» escasos 5.000 grados, cuando, en teoría, debería ocurrir al contrario: cuanto más cerca del núcleo, más calor; cuanto más ... alejado, más frío. En 1975, el astrofísico estadounidense Eugene Parker elaboró la hipótesis de que podrían existir unas pequeñas erupciones solares 1.000 millones de veces menos potentes que las erupciones normales, que subieran la temperatura de la atmósfera de nuestra estrella. Hasta la fecha, la tecnología humana no había podido captarlas para probar su existencia, que estaba relegada al ámbito de la teoría. Ahora, un investigador de la Universidad de Colorado puede haber detectado por primera vez estas raras « nanollamaradas » descritas por Parker y haber resuelto, de una vez por todas, uno de los mayores misterios del Sol. Las conclusiones se acaban de publicar en « Nature Astronomy ».

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