De los pitbull a los chihuahua: la ciencia explica qué mitos sobre las razas de perros son ciertos y cuáles no

La principal conclusión del estudio afirma que la raza no condiciona cómo será el comportamiento, después de secuenciar el ADN y estudiar la conducta de 2.155 perros y tras encuestar a 18.385 dueños, tanto de pura raza como mestizos. «Entre los rasgos de comportamiento , la docilidad (qué tan bien responden los perros a la dirección humana) es el más hereditario por raza, pero varía significativamente entre perros individuales. Por lo tanto, la raza del perro es generalmente un mal predictor del comportamiento individual y no debe usarse para informar las decisiones relacionadas con la selección de un perro mascota», afirma el 'paper'. Sin embargo, hay excepciones.

Hasta el siglo XIX, los perros de las familias o granjas se escogían según la labor que iban a desempeñar: vigilar un rebaño, ayudar a la caza o servir como vigilante, «comportamientos hereditarios derivados de la secuencia depredadora del lobo». Entonces, se utilizaba como criterio los rasgos físicos del animal y las tendencias que solían presentar esas razas ( agresividad, docilidad, obediencia ,...).

El estudio señala que « las razas modernas conservan estos patrones motores componentes, pero sus contextos, secuencias y umbrales varían. No está claro hasta qué punto las antiguas propensiones conductuales persisten en las razas modernas, definidas principalmente por la estética y, a menudo, desconectadas de la selección funcional del comportamiento».

La investigación publicada en Science, llevada a cabo por dieciséis científicos de la Universidad de Massachussetts, ha descubierto que es cierto que, por ejemplo, los border collie son más propensos a ser tranquilos y fáciles de amaestrar , por una cuestión genética . Esto lo comparten con otras razas de perros pastores, como el mastín o el pastor alemán .

Además, el tipo de cansí que influye en rasgos hereditarios como la capacidad de oferta, es decir, la respuesta a la dirección y los comandos, o la docilidad, aunque sigue siendo una cuestión sujeta a la más que posible excepción, de modo que no todos los perros que suelen ser considerados tranquilos o cariñosos ( beagle, labrador o golden retriever ) van a serlo necesariamente.

El estudio señala que solo el 9% del comportamiento del animal depende de factores biológicos, mientras que influye más la educación que recibe y el entorno en el que vive (en la calle, con una familia, recibiendo o no atención y cariño, conviviendo con niños pequeños, etc.).

Hay algunos rasgos hereditarios, a diferencia de la capacidad de oferta o la docilidad, que no tienen que suelen depender de la raza . Es el caso, por ejemplo, del llamado umbral agonístico, que es la facilidad con la que un perro es provocado por estímulos atemorizantes o incómodos.

Es decir, ni los Cairn Terrier, schnauzer miniatura o chihuahua van a ser siempre asustadizos ni se comportarán como los más valientes los dóberman, pitbull, gran danés o pastor alemán . Experiencias como los fuegos artificiales, petardos o música muy alta puede irritar o asustar hasta a los perros aparentemente más intrépidos.

El estudio concluye que «las características de comportamiento atribuidas a las razas modernas son poligénicas, están influenciadas por el medio ambiente y se encuentran, con una prevalencia variable, en todas las razas».