El mejor modo de aparcar, según las matemáticas

La situación es la siguiente: llegas al aparcamiento del supermercado y ves algunos sitios vacíos para dejar el coche. Si eres de los más conservadores, entonces habrás adoptado lo que los investigadores han calificado como « estrategia sumisa ». En cambio, si continúas tu camino y aparcas en los siguientes sitios que veas, sin llegar hasta la puerta, tu estrategia es « prudente ». Si, por el contrario, apuras hasta el final pensando que si has encontrado sitios antes es muy probable que haya alguno mejor más cerca de la entrada, la estrategia seguida es la « optimista ».

En su artículo, Krapivsky y Redner estudian estas tres posturas simples de aparcamiento en un estacionamiento ideal de una sola fila. Según ellos, el mejor sitio para aparcar es el que te permite estar menos tiempo en el propio aparcamiento. Los conductores que toman el primer espacio disponible «no pierden el tiempo buscando un lugar para estacionar », pero dejan espacios cerca de la entrada sin llenar y tendrán que caminar más. Los que apuestan por encontrar un espacio justo al lado de la entrada «conducen todo el camino hasta la puerta, per o luego retroceden hasta la vacante más cercana », por lo que es posible que tengan que dar más vueltas hasta encontrar sitio. Los conductores «prudentes» toman el camino del medio, y conducen más allá del primer sitio disponible; sin embargo es posible que no lo encuentren y que también tengan que dar otra vuelta, ya que los primeros sitios estarán ocupados por los conductores «sumisos».

Entonces, ¿qué estrategia adoptar? «Las matemáticas te permiten tomar decisiones inteligentes», afirman. Así, pasaron los posibles escenarios a cálculos matemáticos y reasultó que el más complicado, era a la vez, el mejor. En general, la opción «prudente » -que fue la más difícil de representar- cuesta a los conductores la menor cantidad de tiempo , seguida de cerca por la estrategia optimista . La estrategia sumisa fue «risiblemente ineficiente», según afirma el estudio, ya que los muchos espacios que dejó vacíos crearon una larga caminata hacia la entrada.

Redner reconoce que el problema de optimización no se puede aplicar tal cual a la vida real ya que deja de lado cuestiones como la competencia entre automóviles, por ejemplo, o que asume que los coches siguen una estrategia uniforme en cada escenario, lo que son suposiciones poco realistas que los autores pueden abordar en un modelo futuro.

«Si realmente quieres ser ingeniero, debes tener en cuenta la rapidez con la que conducen las personas, los diseños reales del estacionamiento y los espacios, y todas estas cosas», afirma. «Una vez que comienzas a ser completamente realista, pierdes la posibilidad de explicar cualquier cosa», afirma- Aún así Redner defiente el estudio y su función: «Vivimos en una sociedad colapsada y siempre encontramos fenómenos abarrotados en aparcamientos, patrones de tráfico, o lo que sea. Pero si puedes mirarlo con ojos correctos, quizás te des cuenta de algo útil».