Los humanos no son los únicos que dicen 'hola' y 'adiós': los simios también se saludan y se despiden
Este comportamiento no se había observado en otra especie que no fuera la nuestra
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Iniciar sesiónLos humanos estamos habituados a saludar y despedirnos cada vez que iniciamos y acabamos una interacción con otra persona. Un comportamiento que para nosotros es natural, pero que hasta el momento se creía exclusivo de nuestra especie, ya que implica un compromiso social con el ... interlocutor. Ahora, investigadores de la Universidad de Durham (Reino Unido), afirman que los simios llevan a cabo un ritual similar, usando señales específicas para empezar y, después, terminar una comunicación , algo parecido a la cortesía humana. Los resultados acaban de publicarse en la revista ' iScience '.
«Fuimos capaces de enviar una nave y aterrizar en la Luna –afirma Raphaela Heesen , investigadora postdoctoral en la Universidad de Durham y principal autora de la investigación– porque tenemos la capacidad de compartir nuestras intenciones, lo que nos permite lograr cosas mucho más grandes que las que una sola persona podría conseguir por sí sola. Se ha sugerido que esta capacidad está en el corazón de la naturaleza humana». Es decir, compartir interacciones nos lleva a poder compartir objetivos, pero este compromiso conjunto podría no ser solo una cuestión humana .
Un experimento previo con niños y bonobos
Todo comenzó con un experimento previo del equipo. En él se observó que un grupo de niños protestaron cuando uno de los guías del experimento dejó de forma abrupta de jugar con ellos. Los pequeños intentaron volver a involucrarle en la acción ofreciéndole juguetes y reclamando con palabras y sonidos. Pero lo que realmente les llamó la atención es que se dio una situación similar entre dos bonobos que fueron interrumpidos mientras se acicalaban el uno al otro: después de que les dejasen de 'molestar', usaron gestos previos para continuar con su interacción. Este comportamiento intrigó a Heesen y a sus colegas, que empezaron a plantearse el origen y la causa del compromiso conjunto en la especie humana. ¿Puede que surgiese cuando aún éramos más parecidos al resto de primates?
Los investigadores quisieron entonces darle un nuevo enfoque: adoptar la premisa de que el compromiso conjunto no se basa únicamente en la obligación de cumplir una promesa (por ejemplo, limpiar al compañero después de haber recibido sus cuidados), sino que «implica el proceso de establecer el acuerdo y decidir mutuamente después que el acuerdo se ha cumplido» (es decir, establecer entre ambos un objetivo y decidir si se ha completado o no al final).
Y algo tan complejo puede observarse a partir de un simple saludo y una escueta despedida. O iniciar un compromiso de conversación a través del contacto visual directo y un 'hola' (o un gesto que lo indique) y señalar de mutuo acuerdo el fin del mismo a través de una especie de 'adiós'. Así, Heese y sus colegas se dispusieron a observar si este proceso, natural en humanos, también se daba en los grandes simios.
El 'hola' y 'adiós' de los simios
Después de analizar 1.242 interacciones dentro de grupos de bonobos y chimpancés en zoológicos, observaron que los simios se miraban con frecuencia y se comunicaban entre sí para iniciar y finalizar interacciones . Los bonobos intercambiaron señales de entrada y miradas mutuas antes de jugar el 90% de las veces, y los chimpancés el 69%. Las fases de salida fueron aún más comunes, con el 92% de las interacciones de bonobo y el 86% entre chimpancés. Las señales incluían gestos como tocarse, tomarse de la mano o darse cabezazos; también mirarse el uno al otro, antes y después de encuentros como acicalarse o jugar.
Los investigadores también consideraron factores como cercanía social entre ellos (por ejemplo, padres e hijos) o el estatus de poder. Curiosamente, cuanto más emparentados socialmente estaban los animales, más corta era la duración de las fases de entrada y de salida. Los autores señalan que este hecho se puede comparar con nuestros saludos, siendo más 'corteses' con quien menos conocemos. «Cuando interactúas con un buen amigo, es menos probable que te esfuerces mucho en comunicarte de forma más formal», dice Heesen.
Por el contrario, el nivel de amistad y la fuerza de los lazos sociales no parecieron afectar en absoluto a los saludos y despedidas entre los chimpancés. «Esto podría deberse a que, en comparación con las jerarquías de poder despóticas de los chimpancés, las sociedades de bonobos en general están documentadas como más igualitarias, con énfasis en las amistades y alianzas entre hembras y las relaciones cercanas madre-hijo», apuntan los autores.
En cuanto a comprender el origen y la evolución del compromiso conjunto, los investigadores sostienen que este estudio es un paso adelante, pero que aún falta mucha investigación al respecto. «El comportamiento no fosiliza, no puedes desenterrar huesos para ver cómo ha evolucionado. Pero podemos estudiar a nuestros parientes vivos más cercanos: los grandes simios como los chimpancés y los bonobos –indica Heesen–. También será interesante estudiar en el futuro si este tipo de comunicación está presente en otras especies».
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