El misterioso pueblo que llegó a las Azores 700 años antes que los portugueses

El trabajo se centró en reconstruir cuándo, cómo y bajo qué condiciones climáticas se habitaron las Azores por primera vez, concretamente analizando muestras de sedimentos de varios lagos de las islas de San Miguel, Pico, Terceira, Flores y Corvo . En estos restos, los investigadores encontraron presencia de esteroles , una sustancia presente en las heces de los mamíferos, incluidos los humanos. También se tuvieron en cuenta los hongos coprófilos , que normalmente son consumidos por animales hervíboros y omnívoros de forma accidental, pero cuyas esporas son tan resistentes que, tras ser excretadas, éstas brotan en las heces tiempo después.

«Los intestinos de los mamíferos producen en abundancia esteroles fecales y estanoles que se preservan bien en los sedimentos lacustres, y son un indicador único e inequívoco de la presencia de grandes mamíferos en determinados periodos del pasado», afirma en un comunicado Timothy Shanahang , científico de la Universidad de Texas en Austin (EE. UU.) y coautor del trabajo. «Además, los compuestos producidos por los intestinos humanos (ricos en coprostanol) y del ganado (abundantes en estigmastanol) son diferentes, lo que nos permite distinguir entre ellos».

Y los investigadores tenían aún más pistas para seguir la presencia humana antigua: debido a su posción geográfica, en el centro del océano Atlántico, los grandes mamíferos no pudieron habitar aquellas islas . «Por lo tanto, la aparición de coprostanol en los sedimentos puede atribuirse a la presencia de humanos y la del estigmastanol a rumiantes, como vacas, cabras u ovejas», señala Santiago Giralt , investigador de Geociencias Barcelona (GEO3BCN-CSIC).

Si no fueron los portugueses los primeros en pisar aquellas islas, ¿entonces quiénes fueron aquellos misteriosos pobladores antiguos? Los autores creen que aquellas personas procedían del norte de Europa y que habían aprovechado unas buenas condiciones climáticas para navegar a estas islas entre el 700 y el 850 de nuestra era , al final de la Alta Edad Media .

Para llegar a esta conclusión, los investigadores llevaron a cabo diferentes simulaciones del clima de aquella época que, sumados a otros estudios arqueológicos y genéticos previos, les llevaron a crear la hipótesis de que los primeros colonizadores de las Azores fueron los pueblos nórdicos del noreste de Europa que encontraron en su navegación vientos de componente noreste y unos vientos del oeste debilitados que les llevaron a unos 1.450 kilómetros de distancia desde las costas europeas.

«Debido a la rotación de la Tierra, el océano Atlántico está dominado por vientos procedentes del oeste que se refuerzan o se debilitan en función del principal modo climático que gobierna la circulación atmosférica del hemisferio norte y que es la Oscilación del Atlántico Norte (NAO, por sus siglas en inglés). La NAO está modulada a su vez por otro modo climático, el patrón del Atlántico Este (EA), que hace que los vientos de componente norte sean más o menos intensos», explica Giralt.

Y, a pesar de que su paso por las Azores no estuviera documentado, la naturaleza sí guarda registros de su paso en el polen, los fragmentos fósiles de las plantas y las partículas de carbón que también hallaron en los sedimentos analizados. «Tal y como demostramos en este trabajo, la ocupación humana inicial de las islas conllevó una alteración ecológica y ambiental profunda. Aunque las fuentes históricas describen las Azores como densamente boscosas y prístinas, el trabajo pone de manifiesto la dificultad de basarse solo en el registro histórico para identificar determinados estados de alteración de los ecosistemas y el paisaje», afirma por su aprte Pedro Raposeiro , investigador de la Universidad de las Azores y primer autor del artículo.

No es la primera vez que la ciencia encuentra pruebas de una posible colonización previa a la portuguesa de las Azores. Hace cuatro años, un grupo internacional en el que también participaron investigadores del CSIC publicó un artículo en la revista ' Quaternary Science Reviews ' en el que analizaban el polen presente en los sedimentos del Lago Azul de la Isla de São Miguel. En estas muestras, los autores encontraron polen de centeno y otros cereales, además de los mencionados esteroles. Y, al datar su edad, los autores se llevaron una otra sorpresa: los restos se remontaban a poco antes del año 1300, casi un siglo y medio antes del inicio de la colonización portuguesa.

«Es importante que, aun teniendo una abundante información histórica disponible que permite tener una idea muy precisa de lo que ocurrió en el pasado, fomentemos el trabajo interdisciplinar entre las Humanidades y las Ciencias Naturales, para saber realmente cual ha sido nuestra historia», concluye Giralt.