No somos pocas personas las que hemos conocido a un gato de lo más cariñoso que parece estar encantado con las caricias que le propinamos y un minuto después nos muerde o nos obsequia con un zarpazo. Lo más fácil cuando eso ocurre es culpar ... al gato, pero cabe la posibilidad de que no lo estuviéramos acariciando correctamente.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete