Descubren en Alemania un grabado geométrico hecho por neandertales

Un nuevo descubrimiento se suma a esta línea de evidencias. Se trata del hueso de un ciervo gigante decorado por los últimos neandertales hace 51.000 años en Einhornhöhle, en el macizo del Harz, al norte de Alemania. Según investigadores del Servicio Estatal de Patrimonio Cultural de Baja Sajonia, en Hannover, la presencia de un patrón de chrevrón (seis incisiones con forma de compás) indica «una clara intención simbólica». Fue hecho adrede y con un propósito.

«Hay un plan detrás de los grabados. El patrón representa una imagen abstracta a la que uno se refiere comúnmente como símbolo, es decir, una idea o incluso una historia que se expresa de manera abreviada», afirma a este periódico Dirk Leder, autor principal del estudio. A su juicio, «este símbolo probablemente podría haber sido 'leído' por otros neandertales que verían el objeto grabado y entenderían su significado, a diferencia de nosotros hoy». Para el investigador, este es un ejemplo de lo que llamaríamos « comportamiento simbólico , es decir, comunicación mediante símbolos».

El hueso, de 5,6 cm de largo, fue descubierto en la entrada de una antigua cueva de Einhornhöhle. En un principio solo se veía uno de los grabados y no fue hasta que el hueso se sometió a una limpieza adecuada que pudieron reconocer el patrón. «Después de unos largos meses, obtuvimos su antigüedad por radiocarbono y todas las piezas del rompecabezas encajaron: los neandertales crearon los símbolos», señala Leder.

La falange pertenecía a un ciervo gigante ( Megaloceros giganteus ), un herbívoro de gran tamaño y raro en ese tiempo al norte de los Alpes, que fácilmente podría haber impresionado a los neandertales. Su elección «podría expresar cierto aprecio por el animal como tal, o que el significado del patrón de chevrón estuviera relacionado con el ciervo gigante. Desafortunadamente, esto es difícil de responder unos 50.000 años después», dice Leder.

El hueso fue raspado y posiblemente hervido para ablandarlo antes de ser grabado con formas geométricas producidas por diferentes incisiones. Para Silvia Bello, del Museo de Historia Natural de Londres y autora de un artículo que acompaña al estudio en la revista , este grabado es «una de las expresiones artísticas más complejas realizadas por los neandertales conocidas hasta ahora». Como asegura, «la elección del material, su preparación y la hábil técnica utilizada son indicativos de una experiencia sofisticada y una gran habilidad en el trabajo óseo».

Otras expresiones simbólicas relacionadas con esta especie humana son los trazos de ocre dejados hace al menos 64.000 años en tres cuevas españolas: La Pasiega, en Cantabria; Maltravieso, en Cáceres; y Ardales, en Málaga. Fueron presentadas como la primera obra de arte de la humanidad , un punto controvertido. Además, están las líneas cruzadas , similares a nuestra actual almohadilla, halladas en Gibraltar; un hueso de cuervo grabado en Zaskalnaya, Siberia, con muescas espaciadas uniformemente en un patrón de columna o escalera, o el fragmento de hueso de La Ferrassie, en Francia, con tres haces de líneas subparalelas. «Solo tenemos un puñado de ejemplos, pero muestran que los neandertales eran capaces de expresar ideas a través de imágenes o símbolos abstractos», insiste Leder.

Los autores creen que estos objetos demuestran que los neandertales ya tenían un comportamiento simbólico antes de que los sapiens llegaran al centro de Europa. Es decir, que poseían la capacidad cognitiva y manual para crearlos, sin necesidad de la influencia de los humanos modernos. «Un aspecto interesante de esto es que todos los objetos simbólicos y representaciones que datan de más de hace 45.000 años parecen ser de naturaleza abstracta. Por el contrario, por ejemplo, las famosas pinturas rupestres de Francia y España, o las figurillas de marfil talladas en el sur de Alemania, representan en su mayoría cosas del 'mundo real', como animales. Tienen menos de 45.000 años y están asociadas únicamente con los sapiens», indica el investigador.

Sin embargo, dada la evidencia del intercambio de genes entre los neandertales y los humanos modernos hace más de 50.000 años, Bello considera que no se puede excluir «un intercambio de conocimientos temprano entre las poblaciones humanas modernas y neandertales, que pueden haber influido en la producción del artefacto grabado de Einhornhöhle». El cráneo de una mujer hallado en Zlatý kůň (República Checa), un sitio a unos 400 km de Einhornhöhle, indica que tenía un genoma con segmentos relativamente grandes de ADN de neandertal, lo que sugiere un cruce entre ambas especies hace más de 50.000 años.

Sin embargo, «la capacidad de aprender, integrar la innovación en la propia cultura y adaptarse a las nuevas tecnologías y conceptos abstractos debe reconocerse como un elemento de complejidad conductual», continúa la investigadora. A su entender, el hueso de Einhornhöhle «acerca el comportamiento neandertal al de Homo sapiens ». Para Leder, el estudio aborda una de las preguntas más esenciales de la arqueología (entre otras disciplinas): cómo los humanos se volvieron humanos.