Carmen Domínguez: «El cambio climático puede hacer más daño que la pandemia»
Esta doctora en matemáticas y glacióloga es cofundadora de Glackma, una asociación que busca medir el deshielo de varios glaciares para comprender qué impacto está teniendo el cambio climático
Alerta sobre el rápido deshielo observado y la necesidad de tomar medidas para evitar unas transformaciones peligrosas para la civilización actual
María del Carmen Domínguez, junto a parte del equipo necesario para instalar sondas
¿Cómo podríamos saber que el clima está cambiando rápidamente y por todo el planeta, si así fuera? ¿Cómo se podrían detectar cambios que afectan a las corrientes oceánicas, a los fenómenos meteorológicos y a los ecosistemas, si no hay precedentes para transformaciones tan rápidas?
Una forma de hacerlo es viajar hasta los lugares más sensibles del planeta al aumento de las temperaturas: los glaciares . Lo que hoy se observa en los glaciares de montaña es cómo acumulaciones de hielo centenarias se funden y van desapareciendo en pocos años. En los glaciares subpolares, en el Ártico y la Antártida, los veranos son cada vez más largos y derriten una mayor porción del hielo milenario. María del Carmen Domínguez, doctora en matemáticas, experta en glaciares y codirectora de la fundación GLACKMA se dedica, desde hace 20 años, precisamente a medir el ritmo de deshielo en ocho glaciares polares y de montaña, con el objetivo de tomarle el pulso a los cambios que atraviesa el planeta.
En ese tiempo ha hecho alrededor de 60 expediciones polares, a lo largo de las cuales el personal ruso del Ártico la bautizó como Karmenka (Carmencita, en Ruso). Sigue creyendo en la importancia de investigar lo que le ocurre a la Tierra, aunque lleve cinco años sin conseguir financiación para sus proyectos. Recientemente, recibió el premio « Prix Diálogo 2020 » por su trayectoria en investigación sobre el cambio climático y su compromiso con el medio ambiente. Por encima de todo, defiende la importancia de la divulgación y la comunicación para que la sociedad comprenda por qué es importante no olvidar las transformaciones que están alterando el planeta y que tienen y tendrán un impacto muy importante para nuestra sociedad.
-Ha hecho 60 expediciones a los círculos polares. ¿Es una experiencia romántica o más bien dura?
Me encuentro más a gusto de expedición que en el mundo civilizado. No son lugares fáciles para la mayor parte de la gente, pero me encanta la naturaleza y estar en lugares apartados. Como el fin es hacer una investigación, y saber lo que nos dicen los glaciares, no se me hace cuesta arriba.
-¿Por qué se hizo científica?
Siempre he tenido mucha curiosidad y amor por la naturaleza, quizás porque mis padres nos llevaban mucho al campo, a mis hermanos y a mí. Además, de pequeña me gustaba observar y encontrar la solución de las cosas por mí misma.
Elegí matemáticas porque me resultaban muy sencillas y divertidas. Con ellas vi que me había construido una caja de herramientas, pero no tenía sentido si no las aplicaba a la naturaleza. La solución vino en una conferencia de Adolfo Eraso —cofundador de Glackma, junto a ella—, sobre el glaciar Perito Moreno. Al ver las imágenes del interior, el criokarst, las cuevas, los conductos, el agua fluyendo, el hielo azul... quedé ensimismada y ya supe dónde aplicar mi caja de herramientas.
-¿Qué es un criokarst?
Un karst es la formación de cuevas y sistemas de drenajes subterráneos en rocas, como en calizas. Un criokarst es un karst en el hielo: es todo ese conjunto de cavidades, cuevas y conductos, y toda esa circulación del agua en el interior de los glaciares, que viene de la fusión del hielo. Es un fenómeno que se retroalimenta: si hay un conducto dentro del glaciar, la propia circulación del agua genera calor. Esa energía a su vez funde el hielo de las paredes del conducto y va ampliando la red.
«Un criokarst es un karst en el hielo: es todo ese conjunto de cavidades, cuevas y conductos, y toda esa circulación del agua en el interior de los glaciares, que viene de la fusión del hielo»
-Son conductos recientes, supongo.
Sí, su formación es continua. Un año puedes explorar la región y al año siguiente puede que no los reconozcas. Es un sistema vivo.
-En los glaciares se puede ver hielo azul. ¿Por qué?
El hielo se forma a medida que se acumula la nieve. Según aumenta la profundidad, se va compactando más y más. Esto va eliminando las burbujas de aire que estaban acumuladas y le va dando su color azulado. En la superficie, el hielo tiene más poros y por eso es blanco. Es parecido a la cerveza: la espuma es blanca porque tiene más burbujas.
-A veces el agua se acumula en la superficie del hielo, oscurece los glaciares y acelera la fusión...
Sí, es como un sistema vivo en todos los sentidos. Se forman lagos o cubetas, por la radiación solar. Pero como el agua al acumularse tiene un color más oscuro, se calienta más y más y va fundiendo más hielo. Se pueden formar ríos en la superficie del glaciar, y también sumideros verticales, de decenas o cientos de metros, por los que el agua entra al interior del glaciar. También se forman ríos subterráneos, y parte del agua incluso puede alcanzar la roca de fondo del glaciar y salir al exterior, a veces por el fondo o en cascadas.
-¿Se puede decir que un glaciar es como un río de hielo?
Sí, no es algo estático, siempre está en movimiento. En la parte alta se genera hielo y en ese fluir lento va avanzando, con todo este sistema interno de canales y agua en circulación.
El glaciar Perito Moreno en 2005. La nieve forma hielo en el extremo más alejado, y éste va avanzando muy lentamente hasta el mar
-Dentro del hielo del glaciar, ¿hay burbujas de aire, polen o microorganismos de hace decenas de miles de años?
Sí, quedan burbujitas de aire que se pueden analizar con testigos de hielo y reconstruir el calendario paleoclimático. El más antiguo es el de la Antártida, donde el hielo es más grueso: se ha alcanzado a reconstruir paleoclimáticamente hasta 800.000 años de anterioridad. Conservan la composición de la atmósfera que había cuando cayó la nevada que originó el hielo.
-¿Y así es como comparamos el clima actual con el anterior?
Sí. Así se ha observado que en épocas frías había menor contenido de CO2 que en las cálidas: oscilaba entre 180 ppm, en épocas frías, y 280 ppm, en períodos cálidos. Hoy estamos midiendo niveles de CO2 de 416 ppm. ¡Es una barbaridad!
Ese cambio entre 180 y 280 ppm ocurría a lo largo de unos 148 siglos, a la vez que había transiciones entre glaciaciones y periodos cálidos, y cambios de temperatura de 10ºC, respecto a las temperaturas medias globales. El mar sufría cambios en su nivel de hasta 130 metros (ha estado 110 por debajo y hasta 20 m por encima de lo que conocemos).
Ahora, tras la Revolución Industrial, en solo siglo y medio hemos subido 136 ppm. Por eso, lo que la Tierra ha hecho de forma natural en 148 siglos nosotros lo hemos hecho en siglo y medio.
La investigadora, entrando en un sumidero
-Pero no parecen notarse mucho los efectos, ¿no?
Lo que estamos notando por el incremento de temperatura y el ascenso del nivel del mar no es lo que nos debería tocar, gracias al efecto regulador de los océanos.
-Pero ese efecto amortiguador tendrá unos límites...
Los océanos han absorbido el calentamiento global generado en la Revolución Industrial, pero están al límite. Están absorbiendo el CO2, pero eso los está acidificando y dañando muchos ecosistemas. Además, con este destrozo que estamos haciendo estamos trastocando las corrientes marinas, que mantienen el clima como está, y que son como un termostato que transfieren el calor de un sitio a otro. Estas corrientes están conectadas con lo que ocurre en la atmósfera y la tierra, así que los efectos pueden ser catastróficos para los humanos.
-¿Por qué?
Porque desvían el clima de las condiciones óptimas en las que vivimos. La mayor temperatura introduce más energía en la atmósfera y los fenómenos meteorológicos se vuelven más violentos. Cada vez hay más sequías, las lluvias son más torrenciales, hay más huracanes y las estaciones son cada vez más cortas.
-Pero la Tierra se ha enfriado y calentado cada decenas de miles de años. Quizás vuelva a ocurrir...
Es imposible saber cuándo volverá a ocurrir. El cambio que estamos produciendo es muy importante, y está provocando situaciones nuevas. Los modelos se alimentan de datos y observaciones sobre el pasado, pero ninguna se parece a la actual. Por eso, intentar predecir lo que va a ocurrir es... complicado. Aunque podemos decir lo que queramos, porque no lo vamos a vivir.
-¿Qué está ocurriendo ahora en los glaciares?
No es solo que haya fusión en el Ártico y la Antártida, es que el crecimiento del deshielo es exponencial. Tenemos mediciones muy sólidas, entre el año 2002 y 2006, en que observamos cómo la fusión se duplicó. Un cambio tan profundo, a escala humana, es muy preocupante. Hemos perdido el equilibrio.
«Tenemos mediciones muy sólidas, entre el año 2002 y 2006, en que observamos cómo la fusión se duplicó. Un cambio tan profundo, a escala humana, es muy preocupante»
-¿Podría ser que estuviéramos presenciando un gran colapso, a cámara lenta?
Colapso, colapso... para nosotros, para la Tierra no. La Tierra siempre ha sido un sistema en evolución, que va a seguir cambiando. Tendrá sequías, huracanes y muchas especies extinguidas, pero el planeta seguirá adelante. El colapso será para la civilización humana en la que vivimos hoy en día.
-(Silencio...)
(Ríe) Es así. ¿Cuándo será? No lo sé. Hace 20 años, cuando empezamos a medir el deshielo, casi no se hablaba de calentamiento global. Había muchas dudas. Ahora se habla de cambio climático, que es más importante que un calentamiento, y ya se está empezando a hablar de crisis climática.
-Tienen ocho estaciones midiendo el deshielo en glaciares de montaña y otros subpolares, en regiones como Islandia, la Patagonia, la Antártida o Svalbard. ¿Por qué?
Los glaciares se clasifican en tres tipos, en función de la temperatura a la que está el hielo. Pueden estar por debajo de cero grados, o a cero grados, momento en el que hay fusión y aparece el criokarst. Por ejemplo, en los glaciares polares, en el centro de la Antártida, todo el hielo está por debajo del cero y casi no hay fusión, salvo en la superficie, a causa de la radiación.
Nosotros estamos observando un aumento de la fusión en todas nuestras estaciones, que están en glaciares temperados, de montaña, y subpolares, en el Ártico y la Antártida. Los glaciares de montaña están desapareciendo. En los subpolares, en los que solo hay fusión en verano, están aumentando los días en los que hay fusión, y cada vez se están pareciendo más a los glaciares temperados. Es decir, no es solo que haya más fusión, es que está habiendo cambios muy importantes en el sistema glaciar.
«Los glaciares de montaña están desapareciendo»
-Tengo entendido que llevan cinco años sin financiación para seguir con este proyecto de medir el deshielo. ¿Por qué es importante que continúen haciendo medidas?
Porque es el indicador más efectivo de la evolución del cambio climático. Cualquier cambio pequeño en las temperaturas va a tener su respuesta en los glaciares. Desde Glackma, lo único que podemos hacer es dejar ese legado de mediciones para generaciones futuras. Adolfo Eraso y yo hemos gastado ya nuestros ahorros en expediciones para revisar las estaciones y recoger los datos. Ahora no podemos ir, aunque nos toca recoger datos del último quinquenio, que son muy importantes... Pero seguimos pensando en que saldremos adelante. Por ejemplo, ahora nos centramos más en la divulgación.
-¿Cree que la pandemia es una oportunidad para replantearnos las cosas?
La crisis sanitaria nos sirve para ver que el sistema económico y social que tenemos no funciona correctamente y que hace agua por todos lados. Reconstruyámoslo, pero no para volver a lo mismo. Cada persona puede contribuir mucho, por ejemplo consumiendo menos. Si todos consumiéramos menos, forzaríamos a la economía a cambiar. Lo hemos visto con la crisis sanitaria. Creo que el problema de nuestra sociedad es que se basa en el dinero, en algo material que no existe, y todo va encaminado a ese fin.
«Cada persona puede contribuir mucho, por ejemplo consumiendo menos»
No basta con poner filtros en las chimeneas, lo que hay que hacer es dejar de contaminar. Hay que actuar ya. Hay una inercia y un sistema muy complejo en marcha. Aunque dejemos de producir CO2, hay tanto gas acumulado en la atmósfera que no vamos a poder detener los cambios de la noche a la mañana.
-El cambio climático no solo es importante por cambiar el nivel del mar o la meteorología. También produce cambios que afectan a los ecosistemas de los que dependemos.
Sí, por eso ahora se habla de crisis climática y mucha gente se está dando cuenta. Sin duda el daño que producirá será mucho mayor al daño que está produciendo la pandemia.
-Muchas personas confían en los físicos, los médicos o los conductores de autobuses, pero no en climatólogos. ¿Por qué?
Creo que si la gente de la calle no confía en los climatólogos es porque no hay una correcta divulgación, especialmente en las universidades. Hay que hacer que la información llegue a todo el mundo, que llegue un mensaje sincero y de verdad.
-Quizás parte del problema es que muchos de los cambios que provoca el cambio climático no son inmediatos ni evidentes.
Sí, pero si haces una correcta divulgación y le muestras a la gente que cree que no le va a tocar, cómo eran las cosas hace 50 años y cómo son ahora, pueden ver que no hablamos del futuro, sino de ahora.
La investigadora, junto a una pequeña cascada que evacúa el agua de la fusión del criokarst
-En la página web de Glackma he leído esta cita: «En pos de los sueños, solo son necearias tres cosas: ilusión, persistencia y paciencia». ¿Es una utopía?
Parece utópico pero no lo es. Eres feliz cuando haces lo que te gusta. Por desgracia, muchas personas no saben lo que quieren. Pero una vez que lo descubres, solo hay que ir detrás de ello. Hay que tener paciencia y la perseverancia para alcanzarlo e ilusión para no hundirte. A pesar de la situación de Glackma, tengo ilusión de seguir. Y mientras hacemos divulgación, nos vamos reinventando. Siempre hay que intentar aportar algo.
-Creo que se centra especialmente en los niños. ¿Ha dado por perdidos a los adultos?
(Ríe). No sé que hacer con ellos. Creo que los adultos le hacen más caso a los medios que a mí misma. Con los jóvenes lo hemos intentado, pero ya están hechos: el que es sensible lo es, y el que no, no te va a escuchar. Con los más pequeños, puedes lanzar semillitas. Algunas van a germinar.