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La monitorización en tiempo real de la actividad cerebral más cerca, según un estudio

Un grupo de científicos diseñan varios dispositivos electrónicos flexibles que podrían ser utilizados para realizar un mapa de la actividad del cerebro, o estimularlo en personas con Parkinson

La monitorización en tiempo real de la actividad cerebral más cerca, según un estudio abc

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La actividad cerebral se puede monitorizar en tiempo real con diminutos y flexibles inyectables electrónicos, según un nuevo estudio realizado con ratones y del que se ha hecho eco el portal de noticias científicas livescience.com. Estos dispositivos podrían un día ser utilizados para realizar un mapa de la actividad del cerebro , o incluso para estimular a personas con problemas como el Parkinson.

También esta electrónica más flexiblepodrían tener aplicaciones dentro del cuerpo, donde ayudarían a controlar y manipular tejido vivo. Sin embargo, este tipo de dispositivos mayoritariamente siguen tratándose de hojas planes destinadas a superficies.

Charles Lieber, coautor del estudio, aseguró que uno de estos diseños se podrían colocar dentro del cuerpo realizando sólo una hendidura en el tejido que sea al menos tan ancha como la hija. Por ejemplo, en la propia piel o en el cráneo de una persona. El científico ha afirmado que «es difícil pero esencial proteger la complejidad y la fragilidad de los componentes electrónicoscuando se entrega. Además ha añadido que «los procedimientos tradicionales implican cirugía que haría un apertura igua equivalente al tamaño de la estructura».

Flexibilidad

En la actualidad, los científicos han diseñado aparatos lo suficientemente flexible para introducirse a través de la aguja de una jeringa - un tubo con un diámetro tan pequeño como aproximadamente 100 micras, o acerca de la anchura media de un cabello humano.

Al respecto, este nanotecnólogo ha subrayado que «nuestra nueva malla electrónica es un millón de veces más flexible que lo fabricado con tecnología de última generación», dijo Lieber. Estos nuevos dispositivos. Estas hojas son como mallas de alambre de pollo, que dejan un 90% de espacio vacío. A los mismos, se pueden incorporar una amplia variedad de sensores.

En diferentes experimentos, los científicos inyectaron estas mallas en dos regiones cerebrales diferentes a ratos vivos: «Cuando inyectamos estos dispositivos en un cerebro de ratón sin apenas daños físicos y consiguiendo registrar la actividad cerebral con éxito, sabíamos que estábamos en algo muy emocionante», dijo Lieber. Ya fuera por la flexibilidad y la delgadea de los cables o por su cualidad porosa, los investigadores destacan que esto ayudó a los dispositivos que se integraron en los tejidos.

Sin cicatrices

Este científico destaca que «no hay tejido cicatricial o una respuesta del sistema inmune entorno a la malla tras su implantación, lo que contrasta con las sondas de mayor tamaño y más rígidas» y cree que todo esto podría transformar el estudio del cerebro y la medicina. En el futuro, los investigardores quieren probar si estos dispositivos inyectables pueden mantenerse estables durante largos periodos de tiempo dentro del cuerpo. Estos implantes médicos podrían ayudar a registrar y estimular la actividad cerebrar en casos como el Parkinson. Según Lieber, incluso podría haber aplicaciones dirigidas a los ojos.

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