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Valentina Tereshkova, la primera mujer astronauta: engañó a su madre antes de viajar al espacio

Esta rusa de 26 años se convirtió en 1963 en la primera fémina que contempló la Tierra desde fuera

Valentina Tereshkova, la primera mujer astronauta: engañó a su madre antes de viajar al espacio AFP

Aurora VAsco

09.29 hora local. 16 de junio de 1963. La nave soviética Vostok VI acaba de ser lanzada al espacio desde la base de Baikonur. Nada de especial en este vuelo preparado por el programa espacial soviético… a excepción de que llevaba como única tripulante a una fémina de 26 años. Valentina Tereshkova se convirtió así la primera mujer enviada fuera de la órbita terrestre.

Trabajadora en una fábrica de textil de Yaroslavl, Tereshkova formaba parte de un estudio que buscaba dar respuesta a la pregunta de si las mujeres ofrecían en el espacio la misma resistencia física y mental que los hombres. La conclusión después de los tres días que duró el periplo extraterrestre de Valentina fue afirmativa, y pronto se intentó crear un equipo de mujeres que formara la primera tripulación lanzada al espacio sin presencia masculina que finalmente quedó en una quimera.

El viaje de Tereshkova no fue del todo agradable. Después de que su salida al espacio casi quedara frustrada por una rotura en su escafandra que encontró sustituta, Valentina padeció fuertes mareos y vómitos durante el recorrido. Además, a su vuelta se constató que el enérgico golpe sufrido en la cara mientras discurría la maniobra de catapultamiento le produjo un enorme moratón facial.

La mentira de Valentina a su madre

Debido a la situación política existente durante la Guerra Fría –periodo en el cual se desarrolló el viaje de Valentina al espacio–, la astronauta rusa tuvo que llevar en secreto su misión incluso ante su familia. Tereshkova tuvo que mentir a su madre diciéndole que estaba inmersa en un programa para paracaidistas de élite. Este hecho no llamó la atención de la progenitora puesto que sabía que su hija formaba parte del club de paracaidismo deportivo de la región de Yaroslavl, su tierra natal. Por eso, Valentina ha pasado a la historia –además de por ser la primera mujer en visitar el espacio– por ser la primera civil en hacerlo, al no tener relación con el Ejército ni ser piloto.

Tereshkova ha recibido muchas medallas y condecoraciones , entre otros dos Órdenes de Lenin, la Medalla de Oro de la Paz de Naciones Unidas o el reconocimiento como Heroína de la URSS. El último premio se lo concedió el presidente de Rusia Vladimir Putin el año pasado –en conmemoración al 40 aniversario de su periplo espacial–: fue galardonada con la Orden de Alexánder Nevski.

A pesar de la fama internacional que le supuso convertirse en la primera mujer que vio la Tierra desde fuera, Tereshkova ha sufrido consecuencias negativas en su cuerpo. Además de que a su vuelta no pudo ponerse en pie durante casi un mes por la enorme pérdida de calcio que sufrieron sus huesos, el único embarazo que tuvo en su vida resultó muy complicado y tuvo que ser hospitalizada en múltiples ocasiones. El parto de su hija no fue tampoco sencillo y, aunque el bebé tuvo una apariencia normal, nació muy débil, tuvo que ser alimentada de manera artificial y hasta los cinco años requirió control médico continuado.

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