Madrid, una región con baja actividad sísmica a pesar de los últimos temblores

Siempre que se produce un temblor hay una falla asociada. En el caso de Madrid, «no es visible en la superficie, por lo que no está identificada, pero debe de ser muy pequeña», aclara Martínez Solares. Los datos lo refrendan. El mayor terremoto en la Comunidad del que se tiene constancia data del año 1954, se produjo en San Martín de la Vega y alcanzó una magnitud de 4 grados en la escala de Richter.

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Resulta significativo, al analizar las estadísticas, que desde febrero de 2012 se hayan producido tantos temblores, seis, como se habían registrado durante los 18 años anteriores. La magnitud, en los últimos seísmos, alcanzó, respectivamente, los 1,8, 2,5, 2,6, 3, 2,9 y 3,5 grados en la escala de Richter. El epicentro, en los tres últimos casos, se situó en Alcorcón. El sur de la provincia, certifican en el Instituto Geográfico Nacional, presenta la mayor actividad.

En Madrid, en todo caso, el peligro por seísmos es tan bajo que los edificios no han de construirse bajo criterios de sismo resistencia. «Para que un terremoto provoque daños estructurales graves en un edificio ha de alcanzar, como mínimo, los 5 grados en la escala de Richter», contextualiza Martínez Solares. Pone como ejemplo, el de Lorca, en Murcia, el 11 de mayo de 2011 , que registró 5,2. Con un problema añadido: ese devastador temblor fue, además, muy superficial.