Concretamente, este fenómeno, denominado Younger Dryas, disminuyó los termómetros a 15 grados en algunas regiones y rebajó el nivel del mar decenas de metros. Ya fuera una colisión o una explosión, el suceso habría provocado grandes incendios a lo largo de toda Norteamérica que arrasaron cuanto encontraron a su paso.
Clovis, la civilización extinta
El nombre que se otorga al cometa proviene de la población que habitaba entonces el continente. Los restos arqueológicos de los Clovis, que se extendieron desde Canadá a México, desaparecieron de una forma fugaz sin dejar rastro coincidiendo con la fecha que se atribuye a la llegada del cometa.
La hipótesis considera que los humanos que no sucumbieron víctimas de la explosión y el fuego lo hicieron de hambre al quedarse sin recursos. Además, junto a ellos pereció una megafauna compuesta por mamuts o perezosos gigantes, entre otros animales extintos. Los yacimientos hallados muestran una capa posterior a la época Clovis sin rastro de ocupación o de vida que se prolonga durante cerca de 500 años hasta que vuelven a encontrarse evidencias de población.
Avance del hielo
El impacto y los incendios también debieron provocar un gran deshielo en la capa glaciar norteamericana. Este fenómeno generó una gran masa de agua dulce que habría ido a parar al Océano Atlántico, donde interrumpió la corriente cálida que circula hacia el polo norte y lo calienta. Esto, a su vez, habría dado lugar al avance del hielo y el súbito enfriamiento, que se prolongó durante cerca de 1.000 años.
Aunque cuenta con defensores la hipótesis del cometa Clovis no es mayoritaria entre la comunidad científica, ya que se considera que no existen suficientes pruebas de la colisión del meteorito. Lo que no se discute es que, de producirse el choque, las consecuencias bien podrían ser las que enumera esta teoría.
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